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DESHECHIZAMOS LOS MITOS

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Aquí se responderá a todas las tonterías que se suele contar sobre lo “bonito” y “observante del ser humano”
que es este costumbre abusivo de los niños. Sigue todo lo falso que se cuenta.

SIEMPRE SE SABE DEFINITIVAMENTE QUIEN ES LA MADRE

Falso! Hasta el fin del siglo 19, las mujeres daban a luz encerrados en casa ó en el campo, quizás con la
presencia de una comadrona. No había registración ni certificados de nacimiento. Es difícil imaginarlo hoy en
día, pero imagínese un mundo sin huellas digitales ni formas de identificación. De hecho, era así. En el pasado,
si alguién dijo que un niño era suyo, se le creía sin prueba ninguna. Una mujer que daba a luz a un niño no
querido por cualquier cosa, frecuentemente se arregló con una mujer casada quien acababa de tener un nacido
muerto (antes de desarrollar la medicina, se moría los bebés con mucha frecuencia) a llevarselo ella para criarlo
como suyo. Lamentablemente, también es un instinto femenino querer un bebé tanto que llegue hasta robarselo
un bebé de otra madre. Eso se documenta en el libro de REYES 1:3:16-22:

“Luego dos prostitutas se fueron al rey y se presentaron. La
primera dijo, ‘¡Por favor, su señorío! Esta mujer y yo vivimos en
la misma casa; y me dí a luz a un niño mientras que ella estaba
presente en la casa. En el tercer día después de dar a luz, esta mujer
también se dió a luz a un niño. Estábamos solas; no había nadie
más en la casa con nosotras, sólo ella y yo en la casa. Durante la
noche el niño de esta mujer se murió, porque ella se tumbó encima
de él. Ella se levantó por la noche y me llevó el niño de lado mío
mientras su sirviente se dormía, y lo tumbó encima suya; y dejó
encima mía el niño suyo muerto. Cuando me levanté por la mañana
a darle el pecho a mi niño, allí estaba, muerto; pero cuando
lo miré bien por la mañana, no era el niño a que había dado luz. La
otra mujer habló diciendo,’¡No, el vivo es hijo mío, y el muerto es
tuyo!’ Pero la primera insistió, ‘¡No, el niño muerto es tuyo; el mío
es el vivo!’ y seguían discutiendo así delante del rey.”

Situaciones así siguen hasta hoy en día, ya que pasa a veces que una mujer tome el niño de otra, hasta
matandola y cortandose el niño de la barriga. Y eso a pesar del hecho de que hoy en día es casi imposible
cumplir un crímen así por avances en la tecnología. Entonces nos podemos imaginar cuantas veces occuriese
eso en el pasado. También hay casos muy tristes de un bebé ser cambiado con otro en el hospital. Todos esos casos
se resuelven por pruebas de DNA, lo mismo como la paternidad. Antes de inventarse esas pruebas, la identidad
nunca se resolvía, igual que la paternidad. Esos casos son muy raros hoy en día, desde luego, pero también
es muy raro que alguien no conozca la paternidad definitivamente, aunque puede pasar.

A causa de las reglas estrictas que se imponía al comportamiento de las mujeres hasta muy recién, era casi
imposible que una mujer casada tuviera relaciones con un hombre que no era su marido ó amo, si era esclava.
El tratamiento de las mujeres que sigue hoy en día en el medio-oriente es parecido a como se trataba las mujeres
por todo el mundo hasta muy recién. Europa siempre ha tenido una actitud un poco más permisiva hacia las
mujeres, por cualquier razón. Pero los Judíos, antes de dispersarse en Europa se seguían las mismas normas del
medio-oriente. Las mujeres no podían salir de casa sin el permiso de su marido ó amo. También, el costumbre
de usar hombres castrados como sirvientes en casas era por la misma razón. Esos hombres se castraban porque
dado su trabajo venían en contacto con mujeres. Para evitar la posibilidad de que ellos dejaran en estado algunas
de ellas, se les castraban. Esos hombres se mencionan varias veces en el Tanáj y los Judíos definitivamente los
usaban. Todas las culturas tenían una manera de manejar este problema. Los Europeos tenían los cinturónes de
castidad y los Árabes y Africanos tradicionalmente se cortan el clítoris de la mujer para que no puedan tener un
orgásmo, así disminuendo la posibilidad de que busquen el placer sexual con otros hombres. Algunas culturas
Africanas lleguan hasta cerrar la vagina con costuras cuando el marido no está. Todas esas medidas se tomaban
para evitar la posibilidad de que un hombre tuviera que criar un niño que no fuera suyo. Otra precaución tomada
por todas las culturas era el periódo de compromiso antes del matrimonio. Eso tenía el propósito de comprobar
que la mujer no estuviera en estado. El castigo para la adultería en el medio-oriente era, y sigue siendo, fuera de
Israel, la muerte. En resume, una mujer se arriesgaba la vida con tener relaciones con un hombre que no fuera
su marido ó amo. Así que, la posibilidad de no conocer la identidad del padre era casi zero y ciertamente no más
que no conocer la de la madre. Los Judíos tenían sus propios métodos de controlar estas situaciones. El Talmúd
habla de un periódo de 3 meses antes de que un hombre puede tener relaciones con una mujer en varios casos.
Esos casos incluye antes de consumir un matrimonio “yibúm.” Para asegurar que el hermano del novio no
había muerto con la mujer en estado, así anulando la obligación del “yibúm,” la pareja debería esperar 3 meses,
después de los cuales otra mujer debería examinar los senos de la novia para señales de ser inchados ó terneros,
indicando la probabilidad de un embarazo. El mismo rito se debe de cumplir a las viudas y divorciadas que
quieren volver a casarse. Hasta las mujeres casadas quienes se tomaban como captivas en una guerra y había
sospecha de que fueran violadas durante la captividad se debían de observar ese periódo de espera y someterse
a la examinación antes de resumir relaciones normales con su marido. Esos métodos no eran tan efectivos como
los que tenemos hoy en día, pero, sin embargo, eran bastante efectivos y reducían la posibilidad de no conocer
la identidad del padre a la mínima.

LA MADRE CRÍA EL NIÑO

Es importante entender la historia social para comprender del total las conclusiones a que alguién podía
llegar en otra época. Una percepción equivocada que mucha gente tiene hoy en día es que siempre ha sido la
madre quien pasa la mayoría del tiempo con el niño y se le da la educación. Primero, hay que elaborar al tema
de la medicina que hemos tocado antes. Entedemos que dar a luz era cosa muy peligrosa antes del siglo 19,
aproximadamente. La medicina no había desarrollado hasta el punto de poder ayudar a la mujer si surgieran
complicaciones. La posibilidad de morir la madre ó niño durante el evento era muy alto. Así que, entendemos
que había gran posibilidad de uno perder la madre durante la niñez ó ni conocerla. La suposición que es la
madre que influye el niño más que nadie realmente es muy moderna. Los hombres esperaban vivir más años que
las mujeres y por eso se consideraba más importante tener padre que madre, al opuesto que hoy en día.

Además, tenemos que examinar la estructura económica en el pasado. Hoy, y para el siglo pasado más ó
menos, se supone que un hombre sale de casa todos los días para trabajar. Pero durante la mayoría de la historia
no ha sido así. Aunque algunos hombres tenían trabajo que les hacía dejar a sus familias para gran partes del
día, la mayoría de ellos ejercían sus comercios desde casa. Por ejemplo, un sastre, zapatero, carnicero ó lo que
sea, tenía su taller ó tienda en la parte delantera de su casa y vivía detrás ó encima de ello. Así que, los niños se le
veía igual que la madre y le ayudaba en cuanto podía (los chicos, por lo menos). Las mujeres no estaban en casa
para criar los niños, sino para trabajar. Tardaba todo el día hacer los debéres a mano, como lavar ropa, limpiar
y cocinar. Hoy tenemos aparatos eléctricos para hacerlos. La autoridad legal sobre el niño la tenía el padre. Las
decisiones sobre la educación del niño eran el dominio del padre y en casos de divorcio la custodía de los niños
pasaba al padre siempre y por la ley. Se supone que al tener que convivir el padre y madre que habría consultos
entre los dos, pero al fin y al cabo, era derecho del padre. Eso pasaba en la cultura Judía al igual que las otras.
En el siglo 20, empezó a suponer que la madre tiene la autoridad sobre los niños, especialmente en casos de
divorcio, porque la manera de vivir se cambió y los hombres ya no estaban en casa durante el día y no conocían
a los niños. Recientmente, eso ha empezado ha igualar un poco, aunque varía por cultura. Nadie sabe como será
el futúro.

¿ENTONCES, PORQUÉ?

Hemos explicado porque razones que se suele dar por la descendencia maternal no son verdades. ¿Pero,
cuales son las verdaderas? Bueno, sabemos del Torá y otras escrituras históricas que durante la mayoría de la
historia Judía eso no era el costumbre. En cierto momento, eso cambió. No hay mejor razón para cambiar sino
que no tener otra opción. Después de la destrucción del segundo templo los Judíos se dispersaron, eventualmente
siendo relegados a vivir en unos guetos, apartados del pueblo en que vivían. Era illegal para los Judíos
casarse con los no-judíos, no por la ley judía, sino por las leyes de las tierras en que vivían. Después de convertirse
Europa a la Cristianidad, no había matrimonio civil y sólo se podían casar los de la misma religión, hasta
que la Revolución Francesa inventó el estado secular. Entonces, cualquier niño medio-judío era producto de una
relación prohibida ó una violación y entonces un bastardo. Los niños bastardos, por lo tanto, tenían unas vidas
desafortunadas. La madre ó su familia se decidía que hacer con ellos, pero ella, desde luego, no podía criarlo. El
mejor desenlace para el niño era que le criasen unas monjas. Como ya se ha dicho, a veces se apañaba con otra
mujer fingir que era suyo. Si la madre se quedaba con ello, ese niño podía esperar una vida de prostitución si era
hembra, ó pertenecer a una pandilla de ladrónes, siendo varón. En algunos casos muy raros un bastardo podía
vivir una vida normal y casarse. Esos pocos tenían la suerte de tener padre noble ó rico que les reconociera y le
daba mantenencia financiera. En estos casos, habría alguien quien fuera capáz de ignorar su estátus de bastardo
para conseguir la seguridad financiera ó estar cerca al poder político. Las leyes se hacían los hombres y las
escribían para benefirciarse ellos mismos. La ley de no obligar a los hombres cuidar a los niños que engedraban
con sus “fulanas” ó “putas” les benefició a ellos pero no a los niños. Las leyes judías no se diferenciaban de las
leyes de paternidad de otras culturas. La discursión Talmúdica sobre el tema siempre se trata del estátus legal
del niño, no específicamente la religión de ello. Así que, de acuerdo con la “ley” judía, el hombre judío no es el
padre del niño para ningún propósito. Eso quiere decir que el niño no tiene derecho de heredar de su padre, el
padre no puede recitar “kadis” para él si se muere antes de él, el niño no puede recitar “kadis” para su padre
ni participar en ningún rito de luto y si el padre es Cohen, no puede asistir al funeral de su hijo, como el Torá le
permite hacer para miembros de su familia nuclear. El Talmúd llega hasta decir que un hombre puede tener relaciones con su hermanastra paternal si no tiene madre Judía y no se las considera incestuosas porque ella no es su hermana legalmente. ¿Preguntamos, si los Judíos hacían esas leyes ó las hubieran
hechos sin la influencia de las otras culturas? Es difícil contestar.

Tomamos un momento aquí para hablar de la práctica sobre la teoría. Sólo porque algo se ha escrito no
quiere decir que se seguía todo el mundo, ni la mayoría de la gente. Yo, por mi cuenta, pertenecía a una sinagoga
reformista durante los años 70 que aceptaba a los judíos paternales, pero supuestamente el movimiento
Reformista en los EEUU no los aceptaba hasta 1983. Durante los pasados veinte años, es Israel a que mira la
gente judía a definirnos. Uno se considera Judío si Israel lo hace. Pero hasta la fundación del estado de Israel, no
había “pruebas” de Judaismo. Los documentos no eran requisitos. Siempre han variados los costumbres entre
las comunidades judías, é igual como en el pasado algunas comunidades cuidaban el kashrut y otras no, algunas
cuidaban la práctica de descendencia maternal y otras no. Notamos que no hace falta un Rabino para ningún rito
judío, ni boda ni bar mitzva ni funeral. Los Rabinos no son sacerdotes y no tienen ningún poder que la comunidad
no se los conceda. Hoy en día la mayoría de la gente depende de ellos porque no saben hacer los ritos ellos
mismos. Así que, en el pasado si a alguien le daba igual casarse con un paternal, pues vivía de acuerdo con esos
sentimientos. Sobre los que son medio-judíos por lado maternal, escasas veces se críaban judíos en el pasado.
Siempre ha sido costumbre en todas las culturas, incluso la judía, que la mujer tome la identidad del marido y
eso se la pasa a los niños. Por eso las mujeres tradicionalmente toman el apellido del marido. Una vez que se inventó
el matrimonio civil y los judíos podían casarse con los no-judíos, las mujeres judías seguían sus maridos,
igual que todas las demás. En nuestra época, no se puede encontrar nadie nacido antes de 1965 con madre judía
y padre no-judío quien se criase judío, si los padres etaban casados. El costumbre anticuado de desheredar a un
hijo que se casase con un no-judío se le aplicaba a las hijas igualmente que a los hijos. Así que, en muy pocas
situaciones el hijo se criase como judío. Cambios en la sociedad que no tienen nada que ver con el Judaismo ha
cambiado la cultura judía. Porque la cantidid de matrimonios mixtos se ha surgido a nivel tan alto, los judíos
buscamos manera de mantener la población. Ahora se suele decir a las mujeres que tienen el “deber” de criar a
los niños como Judíos aunque los padres no lo sean. Es por la desesperación.

Eso nos lleva al tema de la conversión. Nuestras actitudes hacia la conversión han cambiados dramáticamente
durante los últimos 20 años, dado en gran parte a la cantidad de matrimonios mixtos. Era muy raro
que alguién se convertiera al Judaismo y la gran mayoría de las familias judías no consideraba la conversión
como ”solución” al matrimonio mixto. Hoy las sinagogas tienen clases de conversión, que nunca se encontraban
hace 20 ó 30 años. La mayoría de la gente haciendo esos cursos son mujeres. La razón siendo que los hombres
que se quieren casar con ellas quieren que sus hijos sean reconocidos como Judíos. También hay un fenomenón
de mujeres que creen que los hombres judíos son buenos maridos y padres y buscan casarse con ellos. La
mayoría de estas conversiones no son sinceras, pero la desesperación empuja la comunidad en aceptarlas. Sería
mejor reconocer los judíos paternales y evitar esas conversiones falsas que en realidid lastiman la cultura judía.

Creo que no se puede exagerar la influencia de la cultura norteamericana acerca de esa actitud sobre la
conversión. La comunidad judía más grande del mundo vive en lo EEUU y por lo tanto influye el desarrollamiento
de la cultura más que nada. Los EEUU se fundó por diferentes sectas religiosas y hasta hoy en día la
cultura tolera casi culaquier cosa si se hace en nombre de la religión. Por todo el país hay sectas que se aparten
de la sociedad común como los Amish, Menonitos, Mormónes, Judíos Hasídicos y cualquier religión que se
puede imaginar. Los Judíos Norteamericanos se han adoptados ese costumbre, así que, tenemos no solamente los
Reformistas, Conservador, y Ortodóxos, sino también el Reconstruccionista, Renovado, todo tipo de Hasidismo,
Humanístico y probablemente más que no se me occurren en este momento. La étnica es otra cosa, un tema
inefable. A la gente no se le permite separar por grupos étnicos ni reconocer que existen diferencias entre los
grupos étnicos que puede impedir la compatibilidad entre personas. Las sectas religiosas que viven en enclaves
no estarían aguantados si lo hicieran por raza. Las autoridades les tratarían como racistas contra la ley de los
EEUU y buscarían manera de cerrarlas. La razón es porque en la historia Estadounidense se ve como la peor
“mancha” sobre el carácter nacional el tratamiento de los negros, abuso que estaba basado en la raza. Así que,
cualquier cosa que sugiere diferencias ó separaciones de grupos por razones raciales saca de quicio. Los Judíos
norteamericanos entonces se han llegado a identificar en términos religiosos y que cualquiera se puede pertenecer
si se somete a una ceremonia. De otra manera, no se les permitiría mantener la identidad. Por lo que yo he
visto, también es corriente que los Rabinos insisten en que siempre ha sido así. Pero eso es la historia revisada,
y niega el carácter tribal del Judaismo. La evidencia geneológica indica que los Judíos tienen herencia étnica en
común, aunque mezclado. Desde luego que siempre había mestizaje con el pueblo indígeno entre que vivían los
Judíos durante la historia. Eso es inevitable. Sin embargo, sugerir que el Judaismo siempre se ha sustenido por
gran cantidades de conversos contradice la evidencia scientífica é histórica.

A veces es más fácil cambiar los hechos cuando no se encajan con lo pretentido. Contaré un anécdota que
al principio parece ser un departe del tema, pero es un ejemplo de la historia revisada en la comunidad judía.
Una vez, me matriculé en un cursillo en el arte del “Jagadá” enseñado por el conservador de la colección de
libros raros en el colegio de Rabinos para los Conservadores en Nueva York. Nos enseñaba unos “jagadot” de
la época medieval y llegó a uno de España que tenía unas letras chapadas con capa de oro. Él nos dijo que este
Jagadá se había hecho un converso porque entonces era illegal enseñar a un Judío ese oficio. Vale, él ha decidido
eso porque sería la única manera de que llegara a tener letras chapadas. Bueno, para aceptar eso tendríamos
que aceptar primero que la gente no hace cosas illegales, que sabemos que no es verdad. Por ejemplo, era illegal
antes de la guerra civil norteamericana enseñar a los negros a leer. Sin embargo, sabemos que algunos de ellos
aprendieron de todas formas. Así que, la idea de que sería imposible que un Judío aprendiera a trabajar con
las capas de oro en la España medieval es absurdo. En primer lugar, no es tan difícil hacerlo y hoy en día es un
“hobby” muy común. Solo hace falta un pegamento especial puesto en el área indicado, poner las capas encima
y darle lustre. Falta practicar para llegar a hacerlo bien, pero el proceso actual es sencillo. De todas formas, a
pesar de la política en la España medieval, sabemos que los judíos y los cristianos se convivían en paz en muchas
partes de España durante varias épocas de la historia. Muchos pueblos, especialmente en el norte de España
dieron refugio a los Judíos durante la Inquisición. Dado el hecho que algunos arriesgaron las vidas durante
el Holocausto para salvar a Judíos, sería perfectamente plausible que algunos Españoles hubieran enseñados
a algunos Judíos a trabajar con capa de oro. También es posible que los Judíos habían pagado a un Cristiano a
chapar las letras. Desde luego, por el precio acertado se puede comprar cualquier servicio. Otra posibilidad es
que lo aprendiera por estar cerca a alguien que lo hiciera con frecuencia. Es decir, si lo observaba varias veces,
hubiera cogido la habilidad. Hay varias maneras en que este Jagadá pudiera conseguir estas letras doradas, incluso
la posibilidad de ser hecho por un converso. Sin embargo, con la ausencia de otra evidencia, la afirmación
de este profesor de que simplemente el hecho de tener letras doradas cuando era illegal enseñar esa habilidad a
los Judíos quiere decir con certidumbre que fuera hecho por converso es absurdo. Esta es la historia revisada.

Finalmente, quisiera discutir brevemente las leyes de el Tercer “Reich”que claro no siguió el costumbre de
la línea maternal. Todo el mundo conoce eso, claro, pero los Europeos practicaba eso mucho antes del Tercer
Reich. A los Judíos les metieron en guetos y les subyugaban con todo tipos de métodos durante la historia. Si
el gobierno del país en que vivía consideraba a una persona Judía, pues así era. En cuanto como le trataba la
comunidad judía, como ya he dicho, a los que les importaba pues así era y los que no, no.

Para los que quieren creer que todo lo que hacen está basado en lo divino, no pueden admitir que cambian
algo a causa de restricciónes terrestriales. He dado el análisis mío del Torá y otros textos judíos, pero la gente ve
lo que quieren ver en ellos. Creo que a veces es más fácil ver nuestros rayos en otros, así que, haré una analogía.
La iglesia Mormóna practicaba la poligamía hasta el siglo 20. Un Mormón que ejerce la religión dirá que Diós
les reveló que lo dejara. Pues, todo el mundo sabe que cuando los territorios de Utah se negociaban la entrada en
los Estados Unidos, una condición que les pusieran los Estados era que tenían que prohibir la poligamía. ¡Pues,
era muy conveniente que en ese momento Diós les reveló que dejaran de practicarlo! Ja, Ja. El cerebro humano
se convence de lo más fácil aguantar.

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GÉNESIS

Aquí hay algunos personajes del libro de Génesis quienes no tenían madres Israelitas:

  • Los hijos de Judás, cuya mujer, Shúa, era Cananita
  • Manasé é Efráim, los hijos de José y su mujer Egipcia, Asenat

Todos estos personajes forman parte de la fuente del tríbu Israelito.

El Capítulo 46:8 dice:

“Estos son los nombres de los Israelitos, Jacobo y sus descendientes, quienes vinieron de Egipto.”

El capítulo sigue a nombrar todos los hijos de Jacobo y los hijos de ellos, en total 70 personas. Destacan los hijos de José, Manasé é Efráim. Jacobo habla de ellos en el Capítulo 48:5:

“Entonces, sus dos hijos, quienes le nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo le viniera en Egipto, serán míos igual que Reuvén y Simón.”

Jacobo luego pide bendecirles y dice en el capítulo 48:15-16:

“El Diós en cúyo camino mis padres Abrajam é Itzak han andado,
El Diós quien ha sido mi pastor desde mi nacimiento hasta hoy en día-
El Ángel quién me ha rescatado de todo daño-
Bendiga los niños.
Que en ellos esté recordado mi nombre,
Y los nombres de mis padres Abrajam e Itzak,
Y que sean un gran muchedumbre por la tierra.”

Jacobo continúa diciendo en el lecho de la muerte en el capítulo 48:20:

“Entonces les bendijo ése día, diciendo, ‘A través de ustedes el Israel invocará las bendiciones, diciendo: Que Diós le haga ser como Efráim y Manasé.”

No se puede cuestionar el hecho de que estos hijos de un padre Israelito y madre Egipcia son hijos del Diós Israelito. La religión es sin duda la del padre. Por lo menos 7 veces en Génesis cuando un personaje habla de Diós, utiliza la frase “Diós de mi padre” o “Diós de su padre.” Estos casos se encuentran en el capítulo 31, versos 5, 29 y 42, capítulo 32:10, capítulo 43:23, capítulo 46, versos 1 y 3.

Un caso importante se encuentra en el capítulo 34. Éste es el cuento de la hija de Jacobo, Dina. Ella fue violada por Shejem, hijo de Jamor, un Jivito. El cuento continúa en el verso 8:

“Y Jamor habló con ellos, diciendo, ‘Mi hijo Shejem añora a su hija. Por favor désenla en matrimonio. Cásense con nosotros: den sus hijas a nosotros y tómense nuestras hijas: Se alojarán con nosotros y la tierra les estará abierta; establézquense, alojense é adquieran biénes.’ Entonces Shejem dijo al padre y hermanos de Dina, ‘Háganme éste favor y yo pagaré lo que me digan. Pídanme precio que sea y regalos y pagaré lo que me digan solo con que me den la señorita como mujer.’

Los hijos de Jacobo contestaron a Shejem y su padre Jamor- disimulando porque habían manchado a su hermana Dina- y les dijeron ‘No podemos hacer eso, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, por que esa es una desgracia entre nosotros. Sólo con esta condición nos pondrémos de acuerdo; que nos parezcan en que todos los varónes entre ustedes estén circuncidados. Entonces les darémos nuestras hijas y nos tomarémos sus hijas; y nos establecerémos entre ustedes y nos unirémos la sangre. Pero si no nos hagan caso y no se circunciden, nos tomarémos nuestra hija y nos marcharémos.’

Les cayeron bien esas palabras a Jamor y el hijo de Jamor, Shejem. Y el jóven no perdió tiempo en hacer la cosa, por que quería a la hija de Jacobo. Pues, él era el más respetado en la casa de su padre. Entonces Jamor y su hijo Shejem se fueron a la plaza de su pueblo y hablaron con sus compañeros, diciendo ‘Esta gente es amiga nuestra; dejenles establecerse en la tierra é alojarse en ella porque la tierra es suficiente para ellos; nos tomarémos sus hijas como mujeres y les darémos nuestras hijas. Pero sólo con esta condición se pondrán de acuerdo a vivir entre nosotros y ser como una gente: que todos los varónes entre nosotros estén circuncidados como están ellos circuncidados. Sus vacas y sustenencia y todas sus bestias serán nuestros, sólo con que nos acordemos a sus términos, para que se establezquen entre nosotros.’ Todos quienes salieran de la puerta de su pueblo obedecieron a Jamor y su hijo Shejem, y todos los varónes, todos quienes salieran de la puerta de su pueblo estaban circuncidados.

En el tercer día, cuando estaban con dolores, Simón y Levi, dos de los hijos de Jacobo, hermanos de Dina, se tomaron cada uno la espada, se entraron en la ciudad sin impedimento y mataron a todos los varónes. Penetraron a Jamor y su hijo Shejem con la espada, sacaron a Dina de la casa de Shejem y se marcharon. Los otros hijos de Jacobo encontraron a los caídos y pillajaron al pueblo porque su hermana había sido desgraciada. Agarraron sus bandadas y rebaños y burros, todo lo que estuviera dentro del pueblo y fuera; todas sus riquezas, todos sus hijos y sus mujeres, todo lo que estuviera en las casas, lo cogieron como cautivos y botín…”

Este cuento deja claro que les daba horror a los Israelitos que se casaran sus mujeres con hombres de otro tríbu y que se les consideraba permisible tomar mujeres de otro tríbu, porque así hicieron.

Es importante mencionar que para la mayoría de los personajes en La Biblia, la identidad de la madre no se revela. En las muchas numeraciónes genealógicas que se dan, normalmente sólo se nombra el padre. Esto es porque no importaba la madre. La identidad y nivel social se establecieron por el padre.

ÉXODO

El libro de Éxodo contiene menos referencias al tema de la impureza racial, sin embargo si contiene algunas importantes. Primeramente, la frase ‘Diós de mi padre’ ó ‘Diós de su padre’ se utiliza varias veces, específicamente en el capítulo 3:6,13, 15, 16, capítulo 4:5, capítulo 15:2 y el capítulo 18:4. Éste, desde luego, reitera la importancia prevalente de la religión del padre. En algunos de estos casos, la referencia se hace al ‘Diós de Abrajam, el Diós de Itzak y el Diós de Jacobo’ lo cuál es el base de la oración judía “avot.” Se nota que mientras el movimiento Reformista y muchos dentro del Conservador han añadidos los nombres de las matriarcas a esta oración, los Ortodóxos han insistidos en no hacerlo. Una de las razónes que dan por eso es que no hay certidumbre de que las matriarcas fueran Judías. Esto rinde sus justificaciones para identificar la religión por la madre completamente incoherente. Reconocen por un lado que no era el intento original del Torá identificar la religión por la madre y luego no lo siguen.

El primér y más importante matrimonio mixto que ocurre en Éxodo se encuentra en el capítulo 2, donde describe el matrimonio de Moshe a Tzipora, la hija de un sacerdote Midianito. Tzipora tuvo dos hijos, Gershom é Eliezer. Ambos son 100% Judíos y se listan entre el tríbu Israelito. El significado de sus nombres respectivos indican claramente sus identidades. Gershom significa “He sido extraño en tierra desconocida,” haciendo referencia a la esclavitud en Egipto, é Eliezer significa “El Diós de mi padre fue mi apoyo y me rescató de la espada del Faró.” Esto, por supuesto, indica que el hijo esté bajo la protección del Diós de su padre.

En el capítulo 6, empezando con el verso 14, los jefes de los tríbus de Israel se enumeran. En el verso 15, Saúl se nombra como el hijo de Simeón é una mujer Cananita, pero, sin embargo, se nombra como jefe de su tríbu, indicando sin duda su pertenencia al tríbu de Israel.

El establecimiento de un mandato de Diós que ayuda al entendimiento del tema, se encuentra en el capítulo 12:48-49:

“Si un extraño que se aloje con ustedes ofrezca el sacrificio de Pesach al Diós, todos sus varónes tendrán que estar circuncidado; entonces se le puede admitir a ofrecerlo; entonces será como ciudadano del país. Pero nadie sin estar cicuncidado puede comerlo. Habrá una ley para el ciudadano y para el extraño que se aloje entre ustedes.”

La palabra Hebréa para extraño es “ger,” que en el Hebréo contemporáneo significa converso. La palabra Hebréa para entre es “b-toj.” Esta es la primera referencia a lo que hoy en día se llamaría un converso. Destaca que sólamente se refiere a los varónes (claro que las mujeres no se pueden circuncidar), indicando que las hembras no tienen que hacer nada para entrar en el tríbu. En este caso no tiene mucha importancia, pero se verá en Levitico y Números que se entrelace con el concepto de la definición de la identidad judía.

LEVÍTICO Y NÚMEROS

He decidido incorporarse los libros de Levítico y Números porque hay varios pasajes relevantes al tema en ambos libros que están entrelazados. Al reencontrar el tópico que se ha dejado en el párrafo anterior, él de cómo apañaron los Israelitos con los extranjeros entre ellos, a quienes siempre se referían como los que se alojaban “entre” ellos, se examinará varios cuentos. El más importante es el de Levítico, capítulo 24:10-23:

“Surgió entre los Israelitos uno cúya madre era Israelita y cúyo padre era Egipcio. É eruptó una pelea en el campamento entre el hijo de la Israelita é un Israelito. El hijo de la mujer Israelita pronunció blasfémia contra el Nombre y fue llevado a Moshe- su madre se llamaba Shelomit, hija de Dibri del tríbu de Dan- y le encarcelaron hasta que la decisión de Diós se les revelaran.

Y Diós habló con Moshe, diciendo: Tome el blasfemito fuera del campamento y deje que todos que estén dentro del son de su voz tocarle la cabeza y deje que le maten a piedras.

Y a los Israelitos hable asi: Quien pronuncie blasfémia contra su Diós será culpable; también si pronuncie el nombre de Diós, será matado. Toda la comunidad le matará a piedras; extranjero o ciudadano, si así haya pronunciado el Nombre, será matado.

Quien mate a otro ser humano, será matado. Quien mate a una bestia dará recompensa por ella: vida por vida. Quien mutile su compañero, como haya hecho se le hará lo mismo; quebra por quebra, ojo por ojo, diente por diente. La herida que haya infligido a otro, le será infligido a él. Quien haya matado una bestia dará recompensa por ella; pero quien mate a un ser humano será matado. Habrá una medida para los extranjeros y los ciudadanos igual: porque soy Yo su Diós.

Moshe habló así a los Israelitos. Y tomaron el blásfemo fuera del campamento y le mataron a piedras. Los Israelitos hicieron como Diós le había mandado a Moshe.”

Este, por supuesto, relaciona directamente a nuestro tema, el de la descendencia maternal versus paternal. Sin embargo, para interpretar este pasaje adecuadamente, hace falta relacionarlo a semejantes. Se ha citado anteriormente a Éxodo 12:48-49. Otros incluye Números 9:14:

“Y cuando un extraño quien resida con ustedes ofrezca un sacrificio de Pesaj a Diós, se exigirá que lo ofrezca de acuerdo con las reglas y ritos del sacrificio de Pesaj. Habrá una ley para ustedes, extraño ó ciudadano del país.”

Números 15:14-16:

“Y cuando, durante siempre, un extraño quien se haya establecido con ustedes, ó uno quien viva entre ustedes, presente una ofrenda a fuego de olor dulce a Diós-como hacen ustedes, así se hará por el resto de la congregación. Habrá una ley para ustedes y para el residente extranjero; será la ley para siempre que dure el tiempo. Ustedes y el extraño serán iguales delante Diós; el rito y la regla se aplicarán iguales a ustedes y los extranjeros quienes residan entre ustedes.”

Números 15:29-30:

“Para el ciudadano entre los Israelitos y para el extraño quien resida entre ellos- habrá un rito para quien actúe equivocadamente. Pero la persona, que sea ciudadano ó extraño, quien actúe desafiante, desgracia a Diós; esa persona será extirpado de entre su pueblo.”

Finalmente, Números 19, después de mandar los ritos para la matanza sacrificial de la vaca roja, verso 10 sigue:

“…Esta será la ley permanente para los Israelitos y para los extranjeros quienes residan entre ustedes.”

Todos estos cuentos muestran la terminología utilizada para referir a una persona quien no naciera entre el tríbu Israelito, pero, dado cualquier circunstancias, haya llegado a ser, para todos propósitos, un miembro de ello. Á esa gente se refiere como alguién quien se aloje, resida ó viva “entre” los Israelitos. Es muy importante examinar el texto en el original, Hebréo, para analizarlo adecuadamente, como al traducir a veces se pierde las sutilezas del significado. En todos estos pasajes, menos Números 9:14-16, la palabra Hebréa “b-toj”, significando “entre”, se utiliza al referir a los que viven con los Israelitos pero que no nacieran dentro del tríbu. Esta es la misma palabra utilizada en el Éxodo 12:48-49. Además, en todos estos pasajes la palabra Hebréa “ger” también se utiliza a hacerles referencias, igual como en el Éxodo 12:48-49. Todas estas citas concluyen que esta gente esté bajo los mismos mandatos que los Israelitos nativos. El cuento que nos preocupa más es el de Levitíco 24:10-23, tratandose del blásfemo. Á este hombre se refiere como uno quien esté “entre” los Israelitos, una vez más utilizando la palabra Hebréa “b-toj.” Este término NUNCA, JAMÁS se utiliza en el Torá para referir a un miembro del tríbu, pero sólamente a quien hoy en día se llamaría un converso. Se le llama así porque su madre es una Israelita pero su padre es Egipcio. A su madre se la describe como un miembro del tríbu de Dan, pero a él no. Más importante, a la pelea que erupta se le refiere como una entre este “hijo de una Israelita é un cierto Israelito.” No se dice “entre dos Israelitos.” Se hace una distincción entre la categorización de los dos. Al leer este cuento hay que recordar un concepto que siempre se utiliza al estudiar el Torá. Este es que cada palabra en el Torá está allí para un propósito. Todas tienen un significado. ¿Cúal es el propósito de éste cuento? El mandato contra la blasfemia ya se dió en el Torá, acompañado por su castigo. El propósito de este cuento, entonces, es contestar la pregunta de que si esta ley se aplique igual a uno que no sea miembro del tríbu Israelito por nacimiento, pero que vive entre ellos. Mientras la respuesta es afirmativa, el blásfemo con madre Israelita y padre Egipcio se pone como ejémplo de uno quien no sea miembro por nacimiento. No hay narrativo en el Torá que hace esta pregunta de uno con padre Israelito y madre no Israelito, a pesar de la presencia de muchos personajes con esta geneología. Se supone. Lo que encuentro ridículo es que he visto este cuento citado en textos como apoyo para el costumbre de la descendencia maternal exclusiva. El uso de la palabra “b-toj,” significando “entre” los Israelitos exige concluir definitivamente que este blásfemo de madre Israelito y padre Egipto no es Israelito de nacimiento. Encima, la respuesta que da Moshe a los Israelitos en el verso 22 utiliza la palabra Hebréa “ger” referiendo al blásfemo. Sólo una persona completamente desatado de la realidad podría llegar a otra conclusión. Aunque digamos, para el propósito de discutirlo, que el blásfemo sea Israelito nativo, no es por cuenta de su madre. Deutoronomio 23:9, que se encuentra bajo el título siguente, dice claramente que a un Egipcio hay que admitirle al tríbu Israelito en la tercera generación de asimilación porque los Israelitos habían sidos extraños en su tierra (se nota que la palabra que se utiliza en el texto Hebréo para extraño, ger, aquí referiendo a los Israelitos en Egipto es la misma que se utilizó para referir a los extraños que vivieran entre los Israelitos). El blásfemo era por lo menos Egipcio de segunda generación, y probablemente más, porque su padre no hubiera sido permitido copular con una Israelita si él mismo no fuera de tercera generación. Otros tríbus que vivían entre los Israelitos no se permitían asimilar, pero Diós mandó que a los Egiptos sí.

Un último caso menor que merece mencionar es el matrimonio de Moshe con una mujer Cusita, contado en Números 12:1. Aunque no se menciona hijos frutos de esta unión, sí se deja claro que los varónes podían casarse con quien quisieran.

DEUTERONOMIO

La anterior citada frase “Diós de su padre” ó “Diós de nuestro padre” aparece por lo menos 4 veces en Deuteronomio, en capítulo 1:11, 21, 4:1 y 26:7.

La prueba más importante que se encuentra en Deuteronomio está en el capítulo 10:15:

“Pero fue a sus padres a quienes Diós fue atraído por el amor, por eso eligió a ustedes, sus descendientes lineares, de entre todos los pueblos- así es hoy en día.”

Esta declaración es inequívoca y no hace falta interpretarla.

Una discursión del matrimonio mixto ocurre en el capítulo 23:3-9:

“Nadie malconcebido se admitirá a la congregación de Diós; nigúno de sus descendientes, hasta la décima generación, se admitirá a la congregación de Diós.

Ningún Amoní ó Moabí se admitirá a la congregación de Diós; ningúno de sus desciendentes, hasta la décima generación, se admitirá nunca a la congregación de Diós, porque no les dió de comer y beber en su viaje después de salir de Egipto y porque contrataron a Balaam hijo de Beor, de Petor de Aram-najaraim, para maldecirles. Pero el Señor su Diós se negó en hacerle caso a Balaam; al revés, el Señor su Diós le convirtió a la maldicción en bendición para ustedes, porque el Señor su Diós les ama. Nunca les cuidarán su bienestar mientras vivan.

No odiarán un Edomito, porque él es pariente suyo. No odiarán un Egipcio porque fueron extraños en su tierra. Hijos nacidos de ellos se les pueden admitir a la congregación de Diós en la tercera generación.”

Esto indica claramente que el matrimonio mixto entre algunos tríbus se permitía. Hay que notar aquí algo sobre la traducción. La palabra Hebréa para extraño que se utiliza aquí para un Israelito viviendo en Egipto es “ger,” la misma que se utiliza hoy en día para converso. Pero los Israelitos no eran conversos a la religión Egipcia, así que no era el significado original de la palabra.

Algunos otros tríbus prohibidos a los Israelitos se nombran en el capítulo 7:1-4:

“Cuando el Señor su Diós les lleve a la tierra que están al punto de entrar y poseer y desaloje varios pueblos de adelante-los Jititos, Girgasitos, Amorís, Cananitos, Perezitos, Jivitos, Jebusitos, siete pueblos muchísimos más grandes que ustedes-y el Señor su Diós se los entregue y los derrote, hace falta que les condenen a la destrucción: sin condiciones ni merced. No se casen con ellos: no den sus hijas á sus hijos ni tomen sus hijas por sus hijos. Por si uno haga que su hijo me dé la espalda, ofrecerán sacrificios a Dioses ajenos y la rabia de Diós se eruptará contra ustedes y Él les borrarrá de la tierra.”

Este pasaje se utiliza en el Talmúd para apoyar al costumbre del linaje maternal. Si se pregunta en este momento que tiene que ver este con ese, sería lógico. No se lo discutará aquí, pero se encuentra ese discurso en la página “Talmúd” de éste sitio. Dejando aparte su significado, los Israelitos proceden a mezclarse y concebir con ellos de todos modos.

La última parte del texto que merece análisis está en el capítulo 17:15:

“…Asegúrense de coronar como rey uno de su propio pueblo;no se subyuguen a un extranjero, alquién no pariente suyo.”

Esto es importante porque, como se verá en los Profetas, hay ejemplos de Reyes sin madres Israelitas.

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JOSUÉ

Comenzamos nuestro análisis del libro de Josué retomando el tema que se trató en Levítico y Números sobre la terminología utilizada para referir a alguién quien no sea Israelito por nacimiento pero que llega a serlo. Una vez más encontramos una referencia en el capítulo 6:25:

“Sólo Rahav la fulana y la familia de su padre fueron salvados por Josué, adémas que todas sus pertencias, y se alojaba entre los Israelitos-como sigue todavía. Por que ella había escondido los mensajeros que Josué había mandado para espiar a Jerico.”

La terminología utilizada aquí se parece a la utilizada en describir al blásfemo en Levítico 24 y los otros ejemplos dados bajo el titular “Levítico y Números” en la página del Torá de este sitio. El Hebréo en este caso es “b-kerev Israel” significando cerca a Israel. Lo importante es que la terminología es distinta a la utilizada para referir a un Israelito. Al identificar un Israelito, simplemente se da el nombre acompañado por “hijo de” alguién, a veces añadiendo su tríbu. Pero al referir a alguién no nacido en el tríbu, se emplea las frases “alojarse entre,” “cerca de,” ó “con” Israel ó los Israelitos. Se sabe que Rahav no era una Israelita pero llegó a serla.

JUECES

Hay muchas veces en las escrituras proféticas, igual que en todas las biblícas, cuando se emplea la frase “Diós de nuestros padres” ó algo parecido y muchas veces cuando Diós invoca la alianza sagrada “hecha con sus padres.” Se ha citado muchas de ellas en el análisis del Torá. Sin embargo, no se continuará citando cada una, ya que sería tedioso.

El cuento de Avimelej en el capítulo 9 se presenta como un estudio interesante en la estructura social de una sociedad polígama, como era la comunidad Israelita en esa época, y las relaciones entre hermanastros. Empieza con la muerte del líder contemporáneo de Israel, Gideon ó Jerubaal, quien ha dejado 70 hijos. Aparte de estos 70 hijos “legítimos” de sus mujeres, tuvo un hijo, Avimelej, con una concubina. Éste ha decidido que él quiere ser el nuevo jefe de Israel. Sigue:

“Avimelej hijo de Jerubaal se fue a los hermanos de su madre en Shejem y habló con ellos y todo el tríbu de su madre. Dijo “Hagan esta pregunta a todos los ciudadanos de Shejem: ¿Cúal es mejor, ser gobernado por 70 hombres-por todos los hijos de Jerubaal-ó ser gobernado por un hombre? Y recuerden que yo soy su sangre y hueso.” Los hermanos de su madre dijeron todo eso de parte de él a los ciudadanos de Shejem, y les ganaron para Avimelej; pensaron, “Es nuestro pariente.” Le daron 70 shekeles del templo de Baal-berith; y con eso Avimelej contrató mala gente y le siguieron. Entonces se fue a la casa de su padre en Opra y mató a sus hermanos, los hijos de Jerubaal, 70 hombres con una piedra. Sólo Yotam, el benjamín de Jerubaal, sobrevivió, porque se escondió.”

Por la eficacia, se resumirá el argumento de la historia. Proclaman a Avimelej rey. Luego el hermano que sobrevivió, Yotam, llama a la gente, diciendoles que el poder de Avimelej ha sido malconcebido y que ellos mismos se han portados sin honrar el recuerdo de su padre, Jerubaal, quien les había protegido y guiado bien. Erupta la guerra y termina la historia así:

“Pero una mujer dejó caer una piedra encima de la cabeza de Avimelej y se quebró el cráneo. Inmediatamente llamó a su sirviente, que llevaba sus armas, “Sáquese el daga y termíneme para que no digan que me matara una mujer. Así que, su sirviente le apuñaló y se murió. Cuando los hombres de Israel vieron que estaba muerto, todos se fueron a sus casas.

Así Diós compensó a Avimelej por lo mal que hizo a su padre matando a sus 70 hermanos; y Diós igualmente compensó a los hombres de Shejem por toda su maldad. Entonces la maldicción de Yotam hijo de Jerubaal se cumplió.”

La historia muestra la importancia sobresaliente del linaje del padre. Avimelej intentaba apaciguar é unirse con la familia de su madre y no valoró las relaciones paternales. Fue castigado por eso. Una vez más, las relaciones paternales son las predominantes delante Diós.

Otro pasaje que merece analizar es el capítulo 12:8-10:

“Después de él, Ibzan de Belén encabezó a Israel. Tuvo 30 hijos y casó 30 hijas fuera del clán y trajo 30 señoritas desde fuera del clán para sus hijos. Encabezó a Israel siete años. Luego Ibzan se murió y fue enterrado en Belén.”

Puede que “fuera del clán” signifique a otro clán de Israel ó peude que sea otro tríbu completamente extranjero, no está claro. Sin embargo, deja claro que la estructura social era que cuando se casara una mujer, dejó a su familia y se incorporó a la de su marido.

1 Y 2 SAMUEL

1 Samuel presenta uno de los personajes biblícos más famosos, el Rey David. La madre de David nunca se menciona. Su padre era Jese, pero la identidad de su madre nunca se revela. Esto reitera el hecho de que la identidad se determinaba por el padre.

Otro caso de un matrimonio mixto está en el capítulo 18:19:

“Pero al momento en que Merab, hija de Saúl, se hubiera dado a David, se le daba en matrimonio a Adriel el Meolatito.”

Los Meolatitos no eran un tríbu Israelito. Esta mujer se hubiera ido a vivir en territorio de su marido.

2 Samuel continúa la historia del reinado de David sobre Israel. Tuvo varias mujeres é una no era Israelita. Sus hijos nacidos en Hebrón se listan en el capítulo 3:3:

“…el tercero era Absalom hijo de Maaca, hija del Rey Talmai de Geshur,…”

En el capítulo 11, se presenta el personaje de Batsheva. Su marido en el momento en que la vea David es “Uria el Hitito.” Los Hititos son uno de los tríbus prohibidos a casarse con los Israelitos en Deuteronomía 7. Este pasaje indica claramente que la prohibición se aplica igualmente a las hembras que a los varónes. No se menciona hijos frutos de esta unión de Batsheva é Uria. De todos modos, ella se convierte en mujer de David y da a luz a Solomón.

El próximo personaje que surge sin madre Israelita es Tamar. Tamar aparece en el capítulo 13:1-4:

“Este ocurrió pasando una temporada: Absalom hijo de David tenía una hermana bella que se llamaba Tamar y Amnon hijo de David se quedó encaprichado por ella. Amnon se quedó tan desquiciado por su hermanastra Tamar que se quedó enfermo, porque era virgen ella, y le pareció imposible hacer nada con ella. Amnon tenía un amigo llamado Jonadab, el hijo del hermano de David, Shimah. Jonadab era un hombre muy listo. Le preguntó ¿Porque está tan abatido, Señor, mañana tras mañana? ¡Digame! Contestó Amnon, ¡Estoy enamorado de Tamar, la hermana de mi hermano Absalom!”

Ya se ha establecido que la madre de Absalom no era Israelita, era de un país que se llamaba Geshur. Tamar es la hermana por rama paternal y maternal de Absalom, así que su madre tampoco era Israelita. Tamar, como se sabe, es uno de los nombres judíos más comúnes.

1 Y 2 REYES

1 Reyes narra el reinado de Solomón. Comienza su reinado casandose con la hija de Faró y llevandole a vivir a Jerusalén. Los Egipcios son unos de los tríbus “acceptables” para los Israelitos casarse nombrados en Deuteronomía.

En el capítulo 4, uno de los 12 prefectos de Solomón, Ben-abinadab, se lista como marido de la hija de Solomón, Tapat. Hasta este punto en el narrativo, no se conoce otra mujer de Solomón menos la Egipcia, así que hay que asumir que es hija de ella. No se hubiera permitido este matrimonio si la hija no se consideraba Judía.

En el capítulo 5 se presenta el personaje del Rey Hiram de Tire. Más adelante, en el capítulo 7:14, se lo describe como hijo de una viuda del tríbu de Naftali y un cobrero Tiriano. Él obviamente no se consideraba Judío, ya que él era rey de un territorio que nunca ha pertenecido a los Judíos. Sin embargo, él tiene muy buenas relaciones con Solomón y le ayuda en construir el Templo. Solomón, por su parte, le regala unos bienes cerca de Tire por agradecimiento, cuales él le devuelve por no gustarselos. Así que, desde luego, él no es Judío, a pesar de su madre Judía.

Solomón disfruta de un grán reinado, pero en el capítulo 11:1-2 pierde el camino:

“El Rey Solomón amaba a muchas mujeres extranjeras además que la hija de Faró-Moabitas, Amonitas, Edomitas, Fenicias, é Hititas, mujeres de las naciones sobre que Diós había advertido a los Israelitos, “No se unirán con ellos ni ellos se unirán con Ustedes, porque ellos les persuadirán a seguir sus Dioses.” A ellas se unió y amó Solomón.”

Con eso, Diós se queda desagradado con Solomón. Después de su muerte, Israel se vuelve a dividir en dos pueblos, Judá é Israel. Le sucede su hijo Rehobom. Se nota que su madre no era Israelita, como dice en 14:21 que era Naama la Amonita. Un sirviente de Solomón del tríbu de Efráim, llamado Jerobom, llega a reinar sobre el territorio de Israel, compuesto de 10 tríbus de los Israelitos. Hay una profecía entonces que estas dinastías se llegarán a morir a nada dado su idolatría, dandose la espalda al Diós Israelito. Aunque se dice que un rama pequeño de David se continuará para conservar la memoria de David.

Al terminar 1 Reyes y comenzar 2 Reyes, el narrativo se convierte en un laberinto nombrando la sucesión real. Por el interés de brevedad, se resumirá. Básicamente, durante varias generaciones los reyes de Israel y Judá desagradan a Diós, en principio por la idolatría. Los reyes a veces se casan con Israelitas y a veces no, y a veces están derrocados por poderes internos y se establece otra dinastía. En general, Diós se queda menos desagradado con los reyes de Judá y ellos se casan con mujeres Israelitas más que los reyes de Israel. Se podría decir, entonces, que si Diós se queda menos enfadado con los reyes de Judá y ellos se contrataron matrimonios mixtos menos que los reyes de Israel, que están prohibidos esos matrimonios. Pues, claro que están prohibidos, pero eso no tiene nada que ver con los hijos producidos de esos uniónes. La línea maternal de la Casa de David ya se cortó con Rehobom, quién sucedió a Solomón y cúya madre no era Israelita. Todas las generaciones succesivas siguen siendo Israelitos. Si no, Diós no estaría enfadado con ellos, porque no tendrían ninguna obligación de guardar los mandamientos del Diós Israelito. Él está enfadado con ellos porque SON Israelitos. Además, recordamos aquí lo dicho en Deuteronomía 17:15, que manda a los Israelitos no ponerse bajo el mandato de reyes extranjeros.

En 2 Reyes, capítulo 5, se hace otra referencia a una unión entre mujer Israelita é hombre no-Israelito. Comienza la historia:

“Naaman, comandante del ejército del Rey de Aram, era importante a su amo quién le tenía muy estimado, porque a través de él, Diós le había entregado la victoria a Aram. Pero el hombre, aunque fuera buen luchador, era leproso. Una vez cuando los Araméos habían salidos a hacer correrías, se llevaron una jovén de la tierra de Israel y ella se convertió en sirvienta de la mujer de Naaman. Ella le dijo a su ama, “Quisiera que el señor podría presentarse al profeta en Samaria; él podría curarle de la leprosía.” Naaman se fue a decir a su amo que había dicho la jovén de la tierra de Israel. Y el Rey de Aram dijo, “Vése al Rey de Israel y mandaré una carta.”

Una sirvienta hembra en esa época tenía la obligación de tener relaciones con su señor, si él lo quería. El costumbre se ha visto entre los Israelitos igual que aquí. Por ejemplo, Abrajám tuvo varios hijos con las sirvientas. Capturar muchachas de entre tríbus ajénos era normal y lo hacía los Israelitos igual que los demás. La mujer vivía bajo el mandato de su dueño ó marido. En todos casos, Naaman sí va a Israel, se cura y proclama “Ahora sé que no hay otro Diós en el mundo menos que en Israel!” Esto no se debe de tomar como conversión, sin embargo. Se vuelve a su tierra y pide al profeta quien le ha curado perdonarle por continuar orando en el templo de Rimón, que lo tiene que hacer para las apariencias.

Al concluir 2 Reyes, los Israelitos gradualmente son conquistados por los Asirios quienes se les llevan de su tierra a la de Asiria. El territorio de Israel se cae primero. Judá se mantiene por un rato, pero finalmente se cae a los Asirios y son exiliados, aunque dice en 25:12:

“Pero unos de los más pobres de la tierra fueron dejados por el jefe de los guardias, para ser agrarios.”

ISAÍAS

El libro de Isaías es una obra de poesía bella que no tiene ninguna referencia directa al tema que se estudia aquí. Sin embargo, hay un par de pasajes en el capítulo 11 cuales afirman el dominio de la línea del varón. El verso 1 dice:

“Pero un vástago crecerá del muñón de Jese,
Una ramita brotará de su linaje.”

Y el verso 10 sigue:

“En ese día,
El linaje de Jese que se haya quedado
Se convertirá en el éstandar para la gente-
Las naciones les pedirán sus consejos
Y su domicilio será honrado.”

Se nota que son los descendientes de Yese, no Batsheva ni alguna otra mujer, pero la línea del varón.

El capítulo 58:14 dice:

“…Le pondré por encima de las alturas de la tierra,
Y le dejaré gozar de la herencia de su padre Jacobo.”

No dice la herencia de su madre, pero la de su padre.

JEREMÍAS É EZEQUIEL

El profeta Jeremías dice a los Israelitos cuando se encuentran exiliados en Babilonia, en el capítulo 16:2-4:

“No se casen ni tengan hijos é hijas en este lugar. Porque así dijo el Señor acerca de cualquier hijos é hijas que nazcan en este sitio y acerca de las madres que les dén a luz y acerca de los padres que les engendren en esta tierra: Se morirán de manera repugnante…”

Este es importante porque reitera que esta obligación es igual para los hombres y las mujeres. El Hebréo es explícito en nombrar ambos géneros. El discurso Talmúdico sobre la línea maternal intenta concluir que se aplique distintamente a los hombres que a las mujeres, pero se ve aquí y en otros pasajes que no es el caso.

Hay algunos discursos sobre los últimos reyes de Judá que merece mencionar. En los libros de Reyes sa ha discutido el enfado que tenía Diós hacia los reyes de Israel y Judá, pero que el enfado era bastante mayor hacia los reyes de Israel. Los reyes de Israel se habían casados con extranjeras con más frecuencia que los reyes de Judá y eso se podría indicar a los que tuvieran esa inclinación a interpretarlo así, como una rabia contra el matrimonio mixto. Sin embargo, el último rey de Judá se menciona en Jeremías:

“Así dijo el Señor:
Deje anotado a este hombre sin sucesión;
Porque ningún hombre de su projenia será aceptado
A sentarse en el trono de David
Y volver a reinar en Judá.”

Este último rey, Jeoiakin, tenía madre Israelita, Nehushta hija de Elnatan de Jerusalén. Así que, no era el tema de matrimonios mixtos que causaba a Diós dar la espalda a los reyes de Israel y Juda, pero su comportamiento.

Otra cita que se dará aquí se trata de Hiram, rey de Tire, quien se presentó en el capítulo 5 del libro de Reyes 1. Tire se menciona varias veces en Jeremías é Ezequiel como una nación completemente separada de los Israelitos y Judeanos. Estos se encuentran en los capítulos 25:22 y 27:3 de Jeremías y los capítulos 26, 27 y 28 de Ezequiel, cúales contienen un canto para Tire. El capítulo 28:10 dice que los Tirianos se morirán “Una muerte de los sin circuncisión.” El Rey Hiram de Tire, como se recordará, tenía madre Israelita pero padre Tiriano, y definitivamente NO era Israelito, ya que era rey de otra nación.

En continuación, se citará una analogía poética hecha en el capítulo 31. Diós habla a través de Su profeta sobre Su intención de devolver a los Israelitos a su tierra y gloria anterior, algún día. El verso 9 dice:

“Porque soy Yo siempre un padre para Israel,
Efráim es mi primogénito.”

Y continúa en los versos 18-20:

“Oigo la lamentación de Efráim:
Me ha castigado, y me quedo castigado
Como un ternero que se haya quebrado.
Recibame, dejeme volver,
Porque Usted, Señor, es Diós mío.
Ahora que he vuelto, estoy lleno de remordimiento;
Ahora que me he espábilado, me pego el muslo.
Me da vergüenza y me quedo humillado,

De verdad Efráim es un hijo querido por mí,
Un niño que se balancea.
Siempre cuando me he puesto en contra a él,
Mis pensamientos se quedaban con él.
Por eso Mi corazón le añora;
Le recibiré de vuelta con amor
-declara el Señor”

Efráim tenía madre Egipcia pero, sin embargo, sirve como símbolo del pueblo Israelito.

Últimamente, hacia el fin de Ezequiel, en el capítulo 47:21-23, se dan las instrucciones a los Israelitos acerca de su esperada vuelta a Israel y Judá y como reestablecerse en la tierra:

“Esta tierra se dividirá entre los tríbus de Israel. Se la guardarán como herencia para ustedes mismos y para los extraños quienes residan entre ustedes. Los tratarán como ciudadanos Israelitos; recibirán parcelas con ustedes entre los tríbus de Israel. Darán al extraño una parcela dentro del tríbu donde resida-declara Diós”

El pronombre “usted” en Hebréo tiene forma masculina y femenina, en el singular igual que en el plural. La forma utilizada en estos versos es la masculina, singular. La regla gramática en Hebréo es que cuando se refiere a un grupo de ambos sexos, se utiliza la forma masculina siempre, aunque haya solamente una hembra. Es parecido al Español. No hay pronombre neutral. Así que, se lo puede traducir como usted, referiendo sólo a varónes ú a ambos, hembras y varónes. En cualquier caso, se queda claro que los varónes han recibido mandato a incluir los hijos que hayan engendrados con mujeres no Israelitas, además que las madres de esos hijos, en su tríbu. Que si las Israelitas estén obligados a hacer lo mismo, se puede debatir, como el pronombre utilizado aquí puede incluir a las hembras ó no. Este derrota cualquier defensa que se podría hacer sobre que si los hombres que tengan hijos con mujeres no Israelitas se deberían incluir entre el tríbu. Punto final.

Hace falta mencionar que la palabra Hebréa utilizada aquí a describir a los extraños quienes vuelvan con los Israelitos es “b-toj” significando entre. Esta es la misma palabra que se utilizó a describir el blásfemo en Levítico quien tenía madre Israelita y padre Egipcio y a quien algunos citan como evidencia de la descendencia maternal. Si se lee el discurso de este pasaje en la página de “Torá” bajo el titular “Levítico y Numeraciones” en este sitio, se puede enterar de que esta palabra sólo se utiliza a describir a los Israelitos que no son nativos, rechazando el argumento que este blásfemo sirve como prueba de la práctica de la descendencia maternal.

Una discusión final sobre el Hebréo utilizado en estos versos para “extraño.” La palabra Hebréa utilizada es “ger” que en el Hebréo contemporáneo significa converso. Esto no es el significado en el Hebréo bíblico. La palabra significa extraño, extranjero ó viajero y se utiliza para referir a los que viven entre los Israelitos además que a los Israelitos cuando vivían en Egipto. Ellos, desde luego, no se convertieron a la religión Egipcia en esa época, así que, se queda claro que eso no es el significado de la palabra. También se lo encuentra en los Salmos en una personificación literaria de los Israelitos. No había cosa como conversión como la entendemos hoy en día. El único rito requisito para ganar entrada en la comunidad Israelita era la circunsición para los varónes. No había conversión por mikva y las hembras no tenían que hacer nada. Si se encontraban bajo el mandato de un Israelito, entonces pertenecían a él, punto.

PROFETAS MENORES

Los Profetas Menores son una serie de escrituras cortas. Ellos son:

  • Oseas
  • Joel
  • Amós
  • Abdías
  • Jonás
  • Miqueas
  • Nahum
  • Habacuc
  • Sofonías
  • Ageo
  • Zacarías
  • Malaquías

No se encuentra nada de pertinencia substantiva sobre el tema en estas escrituras.

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Los textos que forman las “Escrituras” concluyen el Tanáj y consisten de las compilaciones de poesía que son los Salmos, Proverbios, Canciones, Lamentaciones é Eclesiastes. Además hay algunas obras de prosa que incluyen Job, Rut, Estér, Daniel, Ezra, Nehemia y 1 y 2 Crónicas. No se encuentra nada interesante acerca del tema del linaje maternal en Salmos, Proverbios, Job, Cantar de los Cantares, Lamentaciones, Eclesiastes, ó Daniel. Sigue un análisis de los otros libros.

RUT

El libro de Rut no contiene ningúna información específica sobre el tema estudiado, pero si merece discutir por causa del mito absurdo que se ha surgido acerca de ella como la primera “conversa.” Se dejará clarísimo aquí que no había ninguna cosa parecida a la conversión en la época bíblica. El único rito requisito para ganar entrada en el tríbu Israelito era la circuncisión para varónes. Las mujeres no eran nada, quiere decir que no tenían ninguna identidad aparte de su padre ó marido. El matrimonio entre Rut y Bóaz no era nada más que un matrimonio de yibúm. Este es el mandamiento bíblico que requiere que si un hombre se muere casado y sin hijos, como lo hizo el primer marido Israelito de Rut, entonces su hermano debería casarse con su mujer para dejarla en estado y continuar la línea de su hermano, simbólicamente. Sin embargo, esta obligación, de acuerdo con la “ley” Rabínica, solo se aplica a las mujeres judías de hermanos paternales. Así que, esta obligación no se aplica a una situación en que un hombre judío se ha “casado” con una mujer no-judía porque, de acuerdo con la “ley” Rabínica, nunca hubo matrimonio. También, los hermanos tienen que tener el mismo padre, así que no se aplica a los hermanastros maternales. Los hijos pertenecían a la línea varoníl. Eso pretende muchos obstáculos a la teoría que Rut fuera una “conversa.” Se suele afirmar que ella se “convertiera” cuando dijo a su suegra, Noami, después de la muerte de su primer marido, “Donde vayas, iré yo; Y donde te alojes, me alojaré yo; Tu gente será mía y el Diós tuyo, mío. Donde mueras, me moriré yo, y allí me enteraré. Que el Diós me haga a mí y más si algo menos la muerte nos separe.”(Rut 1:16). Así que, si se convertiera entonces, no era judía durante su matrimonio con Mahlon y la obligación de yibúm no se aplicaba a ella. Pero se queda claro que si, porque cuando se va a Israel con Noami,
Boaz pretende que le aplique. Así que, la “ley” Rabínica se ha cambiado lo que era la bíblica. Muchas mujeres que no eran Israelitas se casaron con Israelitos y les dieron hijos antes que Rut, que se puede leer en la página “Torá” de este sitio. La leyenda de Rut es una propaganda de los que proponen la línea maternal.

ESTÉR

El libro de Estér, igual que el de Rut, tampoco tiene información directa sobre el tema, pero si da ejemplo de un matrimonio mixto entre una mujer Judía é hombre no-Judío. Estér ayudó a su gente y elevó su tío a una posición de poder, pero, ella era efectivamente una posesión de su marido, quien no era Judío. Ella hablaba y movía como le dictaba él. No se menciona ningunos hijos frutos de esta unión con el Rey Ahasuerus. Sin embargo, no hay duda de que cualquier hijos que se produjeran hubieran sidos críados exáctamente como este monarca absoluto mandaba. La estructura social era que los hijos fueran una posesión.

EZRA

El libro de Ezra cuenta la vuelta de los Israelitos a Jerusalén y la reconstrucción del Templo después de su exilio en Babilonia, narrativo que se terminó en los libros de los Profetas. Mucho del texto se dedica a listar los nombres y la cantidad de la gente que volviera. Sólo se nombran los varónes. Algunos problemas sobre la identidad se parecen muchos a los problemas que existen en la Israel contemporánea. El capítulo 2:59-63 sigue:

“Los siguientes eran los que subieron desde Tel-mela, Tel-harsha, Cherub, Adan, y Imer- no fueron capazes de averiguar si la casa de su padre y ascendencia fueran Israelitos: los hijos de Delaia, los hijos de Tobías, los hijos de Nekoda- 652. De los hijos de los sacerdotes, los hijos de Jabaia, los hijos de Jakoz, los hijos de Barzilai quienes se habían casado con una hija de Barzilai y se habían tomado su nombre-buscaron a sus archivos geneológicos, pero no se los podían encontrar, así que fueron descalificados para la sacerdocía. El Tirshata les mandó no comer de las cosas más sagradas hasta que apareciera un sacerdote con Urim y Tumim.”

Habían algunos en el grupo que no podían probar su ascendencia judía (¿no te suena?) y fueron separados del grupo. Se nota que dice que tenían que probar que “la casa de su PADRE y ascendencia fueran Israelitos.” No la de su madre. A pesar de eso, no tardamos en encontrar algunos problemas que al principio parece poner obstáculo a la defensa del linaje paternal. Ezra se da cuenta de que muchos de los Israelitos se han vueltos con mujeres que no eran Israelitas y que tenían hijos con ellas. Esto saca de quicio a Ezra porque han violado el mandamiento dado por Diós a los Israelitos en Deuteronomio. El mandamiento se aplicaba a ambos, hombres y mujeres. Pero sólo volvieron los hombres. No se menciona ningunas mujeres que volviesen con maridos no-Israelitos. Cualquier mujer Judía quien se hubiera casado con hombres de los países donde estuvieron exiliados eran posesión de ellos, como la eran todas las mujeres en esa época, entonces no podían volver por su cuenta a Israel. De todas formas, los Israelitos encuentran una solución en el capítulo 10:2-4:

“Entonces Shecania hijo de Yehiel de la familia de Elam habló y dijo a Ezra, “Hemos violado a nuestro Diós llevando a nuestras casas mujeres extrañas de los pueblos de la tierra; pero todavía queda esperanza para Israel a pesar de eso. Entonces, hagamos una alianza sagrada con Diós para expulsar a todas estas mujeres y los que se hayan nacidos de ellas, de acuerdo con la voluntad de Diós y de todos quienes cuiden el mandamiento de nuestro Diós y que esté obedecido el mandato. Actúen, por que la responsabilidad es suya y estamos con Usted. ¡Actúen decididamente!”

Así que, está resuelto el problema echandose a las mujeres y sus hijos. Como sigue la historia, así hacen. Que cara. Sin embargo, Diós les había mandado en Ezequiel 47:21-23 (se puede ver en la página de Profetas en este sitio) traer con ellos cualquier extranjeros quienes se establecieran con ellos y sus hijos al volver a Israel. Esto se contiene en la profesía de Ezequiel y los Israelitos claramente violaron este mandamiento cuando hicieron una cosa tan horrorosa como abandonar a sus propios hijos. Todo el mundo sabe que el segundo templo duró poco tiempo y que los Judíos nunca conocieron la paz otra vez. Segurísimo que eso ha sido castigo por la maldad que hayan cometido contra los niños inocentes durante la historia, violando al mandamiento de Diós.

En resumir, el libro de Ezra enseña que durante la primera vuelta del exilio, alguién necesitaba que ambos padres fueran judíos para ser aceptados en el tríbu. Eso lo demuestra el ejemplo en capítulo 2:59-63, cuando unos tenían que dar pruebas de que sus padres fueran judíos, y luego en el capítulo 10:2-4, donde vemos a hijos rechazados por no tener madres judías. Todas las listas geneológicas que se dan no mencionan ninguna mujer Israelita que volviera, sólo los hombres. Desde luego, no hay ni un caso de una persona de madre Israelita y padre extranjero y menos uno que fuera aceptado dentro del tríbu.

NEHEMÍAS

El Libro de Nehemías tiene un ejemplo de un matrimonio mixto por ambos géneros. Una mujer Judía se ha casado con uno de los guardias cúyo deber era vigilar a los Judíos quien se llamaba Tobías. Cuenta el capítulo 6:17-19:

“También en esos días, los nobles de Judá mantenía correspondencia con Tobías y Tobías con ellos. Muchos en Judá eran confederados suyos, ya que él era nuero de Shecania hijo de Ara, y su hijo Yehohanan se había casado con la hija de Meshullam hijo de Berejia. También habló bien de mí a él y le revelaba asuntos míos. Tobías me mandó cartas para intimidarme.”

Luego, Nehemías se enoja cuando a Tobías se le ha permitido vivir en el Templo. El capítulo 13:4-9 dice:

“Antes, el sacerdote Eliashab, pariente de Tobías, quien había sido puesto a guardar las habitaciones en la Casa de nuestro Diós, le había asignado un cuarto grande donde solían guardar las ofrendas de cereales, el incienso, el equipo, los diezmos de grano, vino y aceite, lo debido a los Levitos, cantantes y guardias, y los regalos para los sacerdotes. Durante todo este tiempo, yo no estaba en Jerusalén, por trigésimo-segundo año del rey Artaxerxes de Babilonia, fui al rey y sólo después de un rato pedí permiso para irme. Cuando llegué a Jerusalén, me enteré de la indignación cometido por Eliashab por parte de Tobías en asignarle una habitación en el corte de la Casa de Diós. Me quedé muy desagradado, y eché a toda la casa de Tobías de la habitación; ordené que purificaran los cuartos, y devolví el equipo de la Casa de Diós y las ofrendas de cereales y el incienso a ellos.”

El hecho de que Tobías se había casado con una Judía no le dejaba aceptable a los Judíos. Nehemías sigue con sospechos contra él. Donde dice que Nehemías echara su “casa” del Templo, significa sus mujeres, hijos, esclavos y cualquier otros que andaban con él.

Las últimas líneas de Nehemías habla de los matrimonios de hombres Judíos con mujeres no Judías con un menosprecio equivalente. El capítulo 13:23-28 cuenta:

“También en ese tiempo, ví que unos Judíos que se habían casados con mujeres Ashdodas, Amonitas, y Moabitas; bastante de ellos hablaban el idioma de Ashdod y el idioma de esa otra gente, y no sabían hablar Judeano. Les regañé, les reñí, les latigé, les tiré el pelo, y les conjuré por Diós, diciendo, “No se casarán sus hijas con sus hijos y no se casarán sus hijos con sus hijas, ni ustedes tampoco.” Haciendo esas cosas ha pecado el Rey Solomón de Israel. Entre todas las naciones no había rey como él y tan querido por Diós era que Diós le puso como rey de Israel, pero las mujeres extranjeras le causaron hasta a él pecar. ¿Entonces, como podemos concederles equivocar así, rompiendo la fé con nuestro Diós al casarse con mujeres extranjeras? Uno de los hijos de Joiada hijo del gran sacredote Eliashab era nuero de Sanbalat el Joronito; le quité del medio.”

Así que, se ve aquí que era igualmente horroroso que los hombres se casaran con extranjeras que las mujeres con extranjeros.

CRÓNICAS 1 Y 2

Los libros de Crónicas son un recuento de las historias de David y Solomón que se daban en Reyes 1 y 2. Se cambian unos detalles menores, pero nada significante. Hay algunos ejemplos del mestizaje en Crónicas. El primero viene en Crónicas 1, capítulo 2:34, que aparece en una lista geneológica:

“Sheshan no tenía hijos, sólo hijas; Sheshen tenía un esclavo Egipcio, que se llamaba Yarja. Entonces Sheshan dio su hija en matrimonio a Yarta su esclavo; y ella dió a luz a Attai.”

La lista sigue insinuando que los hijos de esta hija y el esclavo Egipcio se consideraban parte del tríbu Judío. Esta inclusión se tiene que mirar a través del prismo de la estructura social contemporánea. En primer lugar, los Egipcios se permitían entrar en el tríbu en la tercera generación, como dice en Deuteronomio capítulo 7, así que, estos eran aceptables. En segundo lugar, hay que entender la estructura económica, en la cual los esclavos formaban grán parte. Los esclavos eran una posesión y forma de capital comercial, y todos los hijos de los esclavos pertenecían a su amo.

Luego en las listas geneológicas surge un ejemplo de un hombre Judío incluyendo su hijo con una mujer extranjera en su tríbu. Aparece en el capítulo 7:14:

“Los hijos de Manasé: Asriel, a quién le dio a luz su concubina Aramea; ella dió a luz a Majir el padre de Gilead.”

El Rey Hiram de Tire reaparece en Crónicas 2. Se ha cambiado su nombre un poco, a Huram, y se presenta otro personaje, también llamado Huram. El capítulo 2:10-13 lee:

“Huram, Rey de Tire, mandó a Solomón este mensaje como respuesta, “Porque el Señor amaba a su gente, le ha puesto a reinar sobre ella.” Huram continuó “Bendito sea el Señor, Diós de Israel, quien hizo el cielo y la tierra, quien dió al Rey David un hijo sabio, dotado con la inteligencia y la sabiduría para construir una Casa para el Señor y un palacio real para sí mismo. Ahora le mando un hombre diestro é inteligente, el señor Huram, hijo de una mujer Danita, su padre un Tiriano.”

Al principio, este pasaje se deja a uno un poco despistado. Como el obrero Huram tiene el mismo nombre que el rey aquí, puede aparecer que el Rey Huram se va él mismo para ayudar en la construcción del Templo. Pero es una persona distinta. El Rey Hiram en el libro de Reyes tiene madre del tríbu de Naftali. Entonces, este obrero es otro ejemplo de una persona con madre Israelita y padre Tiriano que no fuera parte del tríbu Israelito, ya que, vivía entre los Tirianos y bajo el mandato de su rey.

Con eso, se acaba el análisis de las esrituras sagradas hebréicas. Se ha encontrado docenas de ejemplos de hombres Judíos engendrando hijos con mujeres no Judías é incluyendolos dentro del tríbu Israelito. Sólo hay dos ejemplos de un hijo fruto de una mujer Judía é hombre no Judío que a lo mejor se incluyera en el tríbu. Esos se encuentran en Levítico, capítulo 7 y Crónicas 1, capítulo 2, ambos con padres Egipcios. Se repite que a los Egipcios se les permitían asimilar en la tercera generación y entonces participar completamente en los ritos religiosos. La conclusión más lógica a que se puede llegar con esta información es que era el padre que determinaba la pertenencia al tríbu Israelito, al opuesto a la posición contemporánea. El razonamiento más generoso que se podría dar para el reconocimiento de hijos judíos por lado maternal es que, porque hay dos ejemplos de un Judío por lado maternal que se puede considerar aceptados, la ley bíblica era que ambos padres pudieran hacer que sus hijos pertenecieran al tríbu, si vivían dentro de él. De todas maneras, no hay excusa para la posición contemporánea del pueblo judío, menos los Reformistas en los Estados Unidos y hay que cambiarla inmediatamente.

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Aquí se examinará la evidencia acerca del tema del linaje maternal y paternal que se encuentra en las escrituras de Josefus. Para los que no conozcan Josefus, él era un historiador Judío del primer siglo quien luchó en las guerras Judías con los Romanos, fue capturado por ellos y luego fue patronicado por el Emperador. Él era un Cohen (sacerdote) por ambos lados de su familia y se descendió de los Asamoneanos por el lado maternal. Sus escrituras se han demostrado ser estimadamente fiables y frecuentemente se les han confirmado con evidencia arqueológica. Escribió cuatro obras, que sobrevivieron, que son una autobiografía corta; Antiguedades Judías, que cuenta la historia Judía desde la creación y continúa desde donde termina el Tanaj; La Guerra Judía, que decribe la gran guerra que tuvieron los Judíos con los Romanos en el primer siglo que resultó en la destrucción del Segundo Templo, en principio a través de sus experiencias personales; y finalmente Contra Apion, que es básicamente una retórica contra unos escritores contemporáneos de Josefus quienes él sintió que habían menospreciado a la cultura é historia Judía. Aquí, solamente se examinará estas obras en cuanto relatan al tema de la descendencia maternal y paternal.

“Antiguedades Judías” empieza recontando las historias de la Biblia desde la creación hasta su terminación. La narrativa varía un poco de la versión que se conoce hoy en día como la Biblia y habían unos cuantos puntos interesantes. Sin embargo, no se incluyerán aquí porque la versión que se haya aceptado como “oficial” para los propósitos religiosos es la Biblia, así que, se debe de seguir esa. “Antiguedades” continúa donde termina la Biblia, donde se empezará el análisis.

Primero, se presentará casos de matrimonios mixtos ó mestizaje. El primero se encuentra en Antiguedades, Libro 13, capítulo 7:4:228 (Josefus ha sido codificado con un sistema de versos semejantes al de la Biblia para simplificar las referencias). Describe el asesinato del gobernante y sacerdote contemporáneo de Judea, Simón el Maccabi, en un banquete por su “nuero Ptolemi.” Ptolemi era el nombre que se daba a los gobernantes de Egipto en esos tiempos. Así que, se sabe que la hija de este Simón, quien era Judío, se casó con este hombre quien no era Judío. No se describe su relación ni hijos que tuvieran. Sin embargo, dado el hecho de que después de matar a su padre, siguió en secuestrar, torturar y matar a la madre de su mujer y dos de sus hermanos, no es probable que le fuera aceptable que su mujer impusiera su religión a sus hijos. Después de hacer esto, se huyó a Filadelfia en Egipto, y dado su genio, su mujer sin duda le obedeciera.

El próximo ejemplo que se encuentra de un matrimonio mixto está en el Libro 14, capítulo 7:4:126. Toma lugar al fin de la dinastía Asamoneana. Otro Ptolemi, descrito como el hijo de Meneus y el líder de Chalcis, un área de Lebanon, da refugio a los restos de la dinastía Asamoneana, a quienes les amenazaba Pompei. El hijo de Ptolemi se enamora de y se casa con una de las hijas del rey Asamoneano, Aristobulus 2, a quien se llamaba Alejandra. Pero, Ptolemi mató a su hijo y se casó con ella él mismo. Produjeron por lo menos un hijo, Lisanius, quien se convirtió en rey del área conocido como Iturea. Este area nunca ha formado tradicionalmente parte de Israel ó Judea, aunque luego los reyes de Judea lo controlaran y los reyes de Irutea les pagaron tributos. Irutea se sitúa donde ahora está el Valle Bakaa. La historia Lebanesa considera los líderes Ptolemi y Lisanius regentes Helénos. En las escrituras de Josefus no se menciona las prácticas religiosas de este Lisanius, pero la gente a quien gobernaba era Árabe y no es probable que practicara el Judaismo, ya que hubiera alejado a su gente y amenazara a su reinado, aunque quiesiera hacerlo, desde un principio.

El próximo personaje que aparece para ayudar al estudio del mestizaje en esa época es Herod el Grande. Existen muchos discursos sobre la identidad Judía de Herod. Una cosa cierta es que Herod no era de la étnica judía para nada. Su padre era Idumeo. Idumea había sido conquistado y la gente convertida al Judaismo a la fuerza por el líder Asamoneano, Juan Hircanus, alrededores del siglo segundo, antes de la era común. Así que, el padre de Herod, Antipater, definitivamente era Judío de religión. La madre de Herod generalmente se considera la hija de un Árabe prominente llamado Cipros. En principio, se cree que esta mujer no era Judía. Sin embargo, Josefus se contradice en cuanto a sus orígenes exactos. En Antiguedades, Libro 14, capítulo 7:3:121, Josefus dice que ella era Idumea. Según eso, ella sería Judía porque los Idumeos habían sido conversos ya por casi un siglo. En las “Guerras Judías,” él dice que era Árabe (Libro 1, capítulo 8:9:181). Eso la haría probablemente no Judía. Pero, se dirá para este discurso que ella no era Judía, porque esa es la creencia común. Herod llegó a ser rey después de la muerte de su padre, quien había sido el gobernante actual de Judea en nombre del Alto Sacerdote, Hircanus. Él se convirtió en rey durante una lucha para el poder y se puede encontrar opiniones escritas pretendiendo que esa lucha tuviera algo que ver con el hecho de que su madre no fuera Judía. Pero no hay ningúna indicación de que fuera así. Casi siempre había una lucha durante una sucesión real, y no es única en la historia Judía. Por ejemplo, cuando el líder Asamoneano Juan Hircanus se murió, sus hijos Aristobulus 1 y Alejandro se pelearon para el poder tal y como lo harían los hijos de este Alejandro, Aristobulus 2 é Hircanus 2, al morirse él y a ningunos de ellos se les cuestionaban su Judaismo. Muchos Judíos apoyaron a Herod, incluso el Alto Sacerdote, Hircanus. Prueba de eso es el matrimonio de Herod con la nieta de Hircanus, Mariam. Como ella era Cohen, este matrimonio no se hubiera permitido si Herod no fuera Judío. La lucha era entre Herod y Antigonus, un Asamoneano, quien hubiera tenido el derecho de sucesión por nacimiento. Sin embargo, este Antigonus había vivido bastante tiempo bajo la protección de Lisanius de Irutea y no había estado en Judea por varios años. En Antiguedades, Libro 14, capítulo 15:2:403, Josefus describe una proclamación hecha por Antigonus para apoyar su causa. Dice, “Sería contrario al sentido del honor si dieran el reinado a Herod quien era plebéyo é Idumeo, quiere decir, un medio-Judío, cuando deberían ofrecerlo a quienes fueran de la familia real, que era el costumbre.” No se sabe, claro, si esas eran las palabras exactas de Antigonus ó si es un paráfrasis de Josefus. Pero, ambos hombres eran Cohenes y entonces muy bien educados en la ley Judía, y pronunciaron el nombre inefable de medio-Judío. Al examinar el significado de esta frase hay que mirar el contexto completo. En el original, la palabra Griega que se utiliza es una amalgama de las palabras mitad y Judío, sin guión. Se puede leer con el sentido literal, que solamente uno de sus padres fueran Judíos, ó podría ser una expresión idiomática significando “casi-Judío,” utilizado para menospreciar su descendencia de conversos. Por ejemplo, en Español se puede decir “Esa chica es media-loca” significando que es casi-loca pero no del total. No es una fracción matemática, sino un adjetivo. El locutor estaba insultando a Herod de varias maneras, haciendo referencia a su posición social de plebéyo y su étnica Idumeana. Parece más probable que fuera la intención decir “casi-Judío” dado su étnica Idumeana porque el locutor lo utiliza como elaboración a su descripción de Herod como Idumeo, siguiendolo así “…un Idumeo, quiere decir, medio-Judío.” Los Idumeos sólo habían pertenecido a la nación Judía un par de generaciones a la hora de la ascención al trono de Herod y, aunque la historia daría prueba a la constancia de esta unión (los Idumeos lucharon en la Guerra Judía contra los Romanos), en ese momento muchos Judíos probablemente tuvieran sospechos de su lealtad. Sin embargo, como quiera leerlo, es prueba de que no había costumbre de descendencia maternal exclusiva entonces. Tomado literalmente, significa que había cosa que era mitad-Judío, que la tradición Rabínica excluye. Tomado idiomáticamente, significa que Herod era Judío de religión, sino por la étnica, y que la descendencia maternal exclusiva no se aplicaba (presumiendo que su madre no era Judía). No hay otra ocasión de un enemigo de Herod poniendo dudas a su Judaismo. Durante todas las escrituras de Herod la razón dada por la oposición siempre está basada en el hecho de que no perteneciera a la familia real. Antigonus, a quien le llamó medio-Judío, era su rival y lo dicho por rivales quienes estén interesados en la transmisión del poder nunca se pueden tomar tan en serio.

Otra evidencia del Judaismo de Herod se puede encontrar en los matrimonios de su hermana, Salomé. Su primer matrimonio fue con un Idumeo, lo cuál fue arreglado por Herod. El nombre de ese marido era Costobarus y Herod le colocó como gobernador de Idumea. Salomé lo divorció porque quería armar una rebelión contra Herod é excluir a los Idumeos de la obligación de practicar la religión Judía, que les había sido impuesto por Hircanus. Este incidente se describe en Antiguedades, Libro 15, capítulo 7:9-10. Luego, en Antiguedades, Libro 16, capítulo 7:6:225, se habla de un matrimonio posible entre Salomé y un jefe Árabe llamado Sileus. Josefus escribe que se puso como condición que Sileus se convertiera al Judaismo, la cual Sileus rechazó y entonces nunca se realizó el matrimonio. Es difícil imaginar una razón para imponer esta condición si no fuera Judía Salomé y, como ella y Herod tenían la misma madre y padre, Herod tenía que serlo también.

A veces se ha discutido el Judaismo de Herod porque introdujo algunos costumbres ajenos en Judea, como poner el emblema Romano, el águila, por encima de la entrada del Templo y construir gimnasios al estilo Romano. Pero eso no se puede ver como nada más que maquinaciones políticas. Herod se encargó de proyectos de construcción masivos y fortaleció al Templo. Nunca le hubieran permitido hacer eso los Romanos si se sintieran amenazados de cualquier forma. Herod no era nada más que listo. Cuando su antecedente, el líder Asamoneano Aristobulus, se había atrevido a desafiar a los Romanos, los Judíos se perdieron la independencia. La destrucción trágica del templo y la civilización Judía que ocurriese casi un siglo después de la muerte de Herod era resulta de las mismas decisiones equivocadas de los Judíos. Herod era realista y sabía donde conceder para conseguir en otro plazo. Los Judíos le debían mucho. Bajo su reino procuraron mantener su templo y costumbres, cosa que la mayoría de las civilizaciones que conquistaran los Romanos no lograron hacer. Después de su muerte se le puso el apodo “el Grande” con razón. Era todo hacia abajo para los Judíos después de él. Desde luego, las generaciones futuras lo reclamaron. En Antiguedades, Libro 20, capítulo 8:7:173, Josefus describe un incidente que surgió entre los Judíos y los Sirianos quienes vivían en aquel entonces en la ciudad de Cesaria, mucho después de la muerte de Herod. Escribe:

“Y ahora ocurrió que una gran rebelión surgió entre los Judíos que residían en Cesaria, y los Sirianos que también vivían allí, acerca de sus derechos iguales como ciudadanos; los Judíos reclamaron la preeminencia, porque Herod su rey construyó a Cesaria, y porque él era de nacimiento un Judío. Los Sirianos no negaron lo dicho sobre Herod; pero dijeron que antes a Cesaria se llamaba Torre de Strato y que no había ningún residente Judío.”

Herod tuvo nueve mujeres y produjo catorce hijos. Algunos se casaron con gente no Judía y no hay nada en las escrituras que se indicara que los hijos de las mujeres que no fueran Judías de nacimiento no se consideraban Judíos. No se hará una digresión aquí hacia todos los detalles de las vidas de los hijos de Herod. Se lo puede leer en Antiguedades, Libros 17-20. Algo que destaca, sin embargo, es que siempre cuando una de las hembras se casara con uno que no fuera Judío había una insistencia que el hombre se convertiera y se circuncidara. En cambio, no habla de este requisito en cuanto a los varónes que se casaran con mujeres no Judías. Una razón podría ser que el costumbre de la imersión en la mikvá no existiera todavía y, entonces, no había rito para convertir para las mujeres. Pero, también indica que no fuera importante para las mujeres ser de la religión, sólo los hombres. Un incidente que merece examinar relata Josefus en Antiguedades, Libro 19, capítulo 7. El nieto de Herod, Herod Agripa 1, se ha tomado el reinado de Judea. Ocurre este incidente, como lo describe Josefus:

“Pero el genio de Agripa era apacible y consideraba a todos los hombres iguales. Él era compasivo a los extranjeros y les hizo apreciar su liberalidad. Así era de genio amable y sensato. De acuerdo, a él le encantaba vivir siempre en Jerusalén y ciudaba con exactitud las leyes de su país. Él entonces se guardó la pureza por completo; ni pasó un día sin su sacrificio adecuado. Sin embargo, había un hombre de la nación Judía en Jerusalén, quien al aparecer, tenía un conocimiento intímo de la ley. Se llamaba Simón. Este hombre se reunió una asamblea mientras el rey estuviera ausente en Cesaria, y tuvo la insolencia de acusarle de llevar una vida profana, y así se le podría excluir del Templo con justificación porque ese pertenecía a los Judíos nativos solamente. Pero el general del ejército de Agripa le informó que Simón había dado ese discurso a la gente. Entonces el rey le mandó presentarse; y cuando estaba sentado en el teatro, le dirigió sentarse a su lado y le dijo en voz baja y ligera: “¿Qué se hace aquí que esté contra la ley?” Pero él no tenía nada que decir, pero le pidió perdón. Entonces el rey se reconcilió con él más fácil de que se pudiera imaginar, ya que estimaba la benignidad una virtúd mejor para un rey que la rabia, y sabiendo que la moderación se sentara mejor a los gran hombres que la pasión. Así que, le dió un pequeño regalo a Simón y le dió permiso para irse.”

¿Qué quería decir este Simón al llamarle a Herod Agripa 1 “no Judío nativo”? Examinamos su ascendencia. Su padre era Aristobulus, hijo de Herod el Grande y Mariam, una Cohen de la dinastía Asamoneana. Su madre era Berniz, hija de la hermana de Herod el Grande, Salomé, y su primer marido Costobarus. Al examinar la idea del linaje maternal exclusiva, se podría decir que su bisabuela maternal y paternal (sus padres eran primos-hermanos, así que esa era la misma persona), la madre de Herod el Grande, no era Judía (si es que no la fuera), y, entonces, este Simón se refería a un costumbre de descendencia maternal al declararle “no Judío nativo.” Pero Josefus nunca dice eso. Si hubiera tal costumbre, esto sería la oportunidad perfecta para invocarlo. Pero no lo hace. A lo mejor Simón se refería a una impureza racial de parte de su abuelo materno, Costobarus. Costobarus, como ya se ha establecidio, era Idumeo, lo cual le hizo Judío a través de la conversión forzada de esa nación. Pero Costobarus había querido rechazar al Judaismo, así que, esa pudiera ser la impureza a que se refería este Simón. Si con “no Judío nativo” este Simón quería decir no Judío por la étnica, por ser descendiente de conversos Idumeos, el comentario no tenía nada que ver con la línea maternal ó paternal, porque se la hubiera indicado. Quizás Simón consideraba la conversión de los Idumeos inválida porque fuera forzada. A lo mejor se refería al mestizaje de Agripa, pero desde luego no tenía que ver con el linaje maternal. Puede que no se referiese a su ascendencia en nada, pero a un método de sus prácticas religiosas con que no estuviera de acuerdo. Josefus menciona en la primera línea que este Herod Agripa “era compasivo a los extranjeros” cosa que a lo mejor este Simón consideraba una traición a la nación Judía. Más probable no era nada más que un contrario que quería armar polémica y nada más. También destaca que este Agripa se casó con la hija del Alto Sacerdote, quien no le cuestionó su Judaismo. De todas formas, está claro del tono de la narrativa que Josefus, quien era Cohen y bien aprendido en la ley Judía, consideraba esta acusión contra Agripa
sin fundamento y completamente absurda.

Para ser justo, no se puede llegar a conclusiones definitivas acerca de los costumbres Judíos por el comportamiento de la realeza, porque obviamente tendrían privilegios que no tuvieran los plebéyos. Pero sólo hay eso en que basar las inferencias. Josefus no escribe bastante sobre los plebéyos. Sólo se encuentra un caso del matrimonio mixto entre plebéyos en sus escrituras. Ocurre en Antiguedades, Libro 18, capítulo 9:5. Relata un cuento de unos Judíos viviendo en Babilonia. Dos hermanos se habían llegado a unas posiciones importantes en el gobierno allí y uno de ellos se casó con una no Judía. Sus parientes y su séquito le instaba a devolverla a su familia porque había traído sus ídolos y seguía orando a ellos. Pero no se menciona ningún hijo que naciera de esa unión, así que no se puede deducir nada.

A partir de esa examinación de casos de matrimonios mixtos, el próximo aspecto de la narrativa de Josefus que interesa es la descripción famosa que da de las varias sectas del Judaismo que existiera y se hicieran competición en esa época, los Esenos, Saduceos, y los Fariseos. Las escrituras de Josefus terminan con la destrucción del segundo Templo en la Guerra Judía con los Romanos. El Judaismo salió de las ruinas casi como religión completamente distinta. Los Fariseos ganaron y son responsables por llevarnos el Talmúd. Josefus explica algunas de sus diferencias filosóficas sobre la vida eterna, etc., pero no se repitirán aquí porque no tienen relevancia al tema de la descendencia maternal. Lo que sí tiene relevancia es el como y porque el Talmúd llegara a controlar la vida religiosa de los Judíos, porque es de allí donde se saca la tradición de la descendencia maternal.

Josefus da más elogios a la secta de los Esenos que a otros. Alaba a su sentido de la moralidad y vida ascética. Algunos llevaban vidas monásticas y otros se casaban. A los ritos de purificación les consideraban muy importantes. Probablemente los ritos de imersión en la mikvá para convertir al Judaismo y el bautismo cristiano se provenían de ellos. Pero esta secta no parece haber tenido mucho interés en imponer sus creencias a los demás. La lucha verdadera ocurrió entre los Saduceos y los Fareseos. Josefus relata las diferencias fundamentales entre los dos en Antiguedades, Libro 13, capítulo 10:6:297-298:

“Lo que explicaré ahora es esto, que los Fareseos se han llevado al pueblo muchos costumbres por sucesión de sus antepasados que no están escritos en las leyes de Moshé; y por eso los Saduceos los rechazan y dicen que tenemos la obligación de guardar los ritos que estén escritos, pero que no cuidemos los derivado de las tradiciónes de los antepasados. Y acerca de eso se han surgido muchas discursiónes y peleas entre las dos, mientras los Saduceos sólo se pueden convencer a los ricos y no les tienen el pueblo servil, pero los Fareseos tienen el muchedumbre a su lado.”

Lo primero que destaca aquí es que las tradiciones de los Fareseos, que llegaran a formar el Talmúd, NO se derivaban del Torá, al contrario de lo que dice el partido equivalente contemporáneo de los Fareseos, los Ortodóxos. Lo segundo que se saca es que eran los plebeýos que apoyaban a los Fareseos. ¿Porqué? Pues, los plebéyos eran granjeros y sin educación. Hebréo, el idioma del Torá, se había dejado de hablar ya por varios siglos. El Araméo era la lengua común de los Judíos en esa época. Así que, la gente ordinaria no podía leer el Torá por su cuenta. Dependían de unos cuantos, los rabinos prototípicos, para especializarse en el tema y decirles de que se trataba. Este sistema dió el control entero a un grupo pequeño. Así podían decir lo que querían al pueblo. Los ritos obsesivos que desarollaron, pocos que se encontraban en el Torá, formaba manera de controlar los cerebros de los demás y retener el poder para ellos. Crear un sistema en que la persona ordinaria tenía que preguntarles como comer, dormir y cagar les interesaba. Lamentablemente, sigue este costumbre hoy en día. Fuera de Israel, pocos Judíos entienden las escrituras originales del Torá ó Talmúd, entonces dejan a los Rabinos decirles que hacer. Casi todos los Judíos hoy en día creen la mentira de los Ortodóxos que sus prácticas forman el Judaismo “verdadero” y lo que siempre ha sido, mientras el Reformista y otros ramas sean invenciones modernas. Esa es una tontería, pero como no sabe la mayoría de la gente como contestarles, les cree.

Josefus dice en su autobiografía corta que él estudió como joven con cada una de las sectas y entonces se alió a la de los Fariseos. Porque hizo esto se aparenta en sus descripciones. Escribe bastante sobre el dominio que tenían sobre el pueblo. Por ejemplo, en Antiguedades, Libro 18, capítulo 2:3:14-15 y 4:16-17:

“También creen que los almas son immortales y que bajo la tierra habrá compensión ó castigos, de acuerdo con que si hayan vivido con virtúd ó con vicio en esta vida; y que los viciosos se dentendrán en una cárcel eterna, pero los virtuosos tendrán el podre de reanimarse y vivir de nuevo; por esas doctrinas pueden persuadir los muchedumbres; y todo lo que hagan acerca de la devoción divina, oraciones y sacrificios, lo hacen de acuerdo con sus direcciones; tanto que las ciudades les dan grandes atestaciones por su comportamiento virtuoso, ambos en las acciones de sus vidas y sus discursos también. Pero la doctrina de los Saduceos es esta: que los almas se mueren con los cuerpos; ni dan consideración a nada más de lo que esté obligado por la ley; porque creen que es un caso de virtud debatir con esos profesores de filosofía con que estudien: pero esta doctrina está recibido por muy pocos, pero por los de gran dignidad. Pero se pueden mobilizar casi nada; porque cuando lleguen a ser jueces, que estén obligados a ser a veces contra su voluntad y a la fuerza, se atan a las creencias de los Fareseos, porque el muchedumbre no los aguantaría de otra manera.”

Aquí empieza a aclarar la razón de porque Josefus siguiera a los Fariseos. Él era aristócrata y su alianza natural hubiera sido con los Saduceos. Escribe más elogios sobre los Esenos. En la “Guerra Judía” Libro 2, capítulo 8, da una descripción larga, adorante y casi asombrada de su manera de vivir y prácticas. Dice algunas cosas complementarias sobre los Fariseos, pero nada especial. Pero Josefus era ambicioso. Llegó a ser gobernador de Galilé y sirvió como general en la guerra contra los Romanos. Sacado de este pasaje que se acaba de citar, se ve que no se hubiera realizado esas metas sin ser Fariseo. Esta descripción ilumina las razónes de porque el muchedumbre seguía a los Fariseos. Ellos prometían a los pobres, cansados y miserables recompensa en la vida eterna mientras los cómodos y contentos no necesitaban esos pensamientos para apaciguarse. Muchos aristócratas como Josefus, se dejaban llevar por ellos porque se rendían delante la gente común. Necesitaban aparecer sentirse con ellos, igual que hace los políticos hoy en día. Josefus relata unos cuantos otros cuentos que sigue elaborando al dominio que tenía los Fariseos sobre el pueblo. Por ejemplo, en Antiguedades Libro 13, capítulo 10:5-6, decribe un conflicto que surgió entre el líder Asamoneano, Hircanus, y los Fariseos. Hircanus tenía mucho éxito como gobernador, también era Alto Sacerdote y llevó la prosperidad a la nación Judía. Josefus continúa la historia:

“Sin embargo, esta prosperidad conmovió a los Judíos tenerle envidia a Hircanus; pero a los que les caía peor era a los Fariseos, quienes eran una de las sectas de los Judíos, como ya hemos relatado. Estos tienen un poder tan grande sobre el pueblo que cuando dicen algo contra el rey, ó contra el sacerdote alto, se les creen de prisa. Ahora, Hircanus era alumno de ellos, y muy apreciado por ellos. Y una vez que les invatara a un banquete y les entretenía con mucha hospitalidad, cuando les vió con buen humor, les dijo que ellos sabían que quería ser un hombre honrado y hacer las cosas como le agrade a Diós, cosa que profesaban los Fariseos también. Sin embargo, él deseaba que si ellos le vieran ofender en cualquier cosa y desviando del camino recto, que le corregiesen y guiaran. Por lo tanto, le atestaron que fuera virtuoso por entero; con lo cual se quedó muy a gusto Hircanus. Pero todavía había un huésped, quien se llamaba Eleazar, un hombre de mal genio, a quien le gustaba armar polémica. Este hombre dijo, “Como quiere saber la verdad, si quiere ser honrado de verdad, deje el puesto de Alto Sacerdote, y quédese contento con el gobierno civil del pueblo.” Y cuando quería saber por que causa debería dejar el puesto de Alto Sacerdote, el otro contestaba, “ Hemos oído de los ancianos que su madre fuera cautiva bajo el reino de Antiochus Epifanis.” Esto era falso y Hircanus fue provocado contra él; y a todos los Fariseos les indignaba mucho. Ahora, había uno Yonatan, un gran amigo de Hircanus, pero de la secta de los Saduceos, cuyas ideas eran bastante distintas de las de los Fariseos. Él dijo a Hircanus que Eleazar le había insultado tanto de parte de los sentimientos comúnes de los Fariseos, y que esto se manifestaría sólo con preguntarles cúal castigo creían merecer este hombre, porque se podría depender de que si indicaban el castigo merecido, que no le acusara con apruebo suyo. Entonces, los Fariseos contestaron que merecía latigazos é ataduras, pero que no les parecía justo castigar a los insultos con la muerte. Y también los Fariseos aún en otras ocasiones no están inclinados a ser severos en sus castigos. Con esta condena ligera, Hircanus se enfadó y pensó que este hombre le había insultado con apruebo suyo. Era este Yonatan quien le había irritado é influido tanto hasta que dejara el partido de los Fariseos é aboliese los edictos que habían impuesto a la gente, y castigar a los que los cuidaban. De esta fuente surgiera el odio con que él y sus hijos se encontraron por parte del muchedumbre.”

Algo para notar es que cuando dice aquí “cautiva” quiere decir violada. Era costumbre en todas las sociedades que el lado victorioso de una guerra tomara a las mujeres del los enemigos cautivas y las violara. Así que, Eleazar aludía a que la madre de Hircanus fuera impura por haber sido violada durante su cautividad y que por eso Hircanus se llevaba alguna impureza también por provenir de esta.

Otra anécdota que aclara el dominio que tenían los Fariseos ocurre después de la muerte de este Hircanus cuando su hijo Alejandro había tomado el gobierno después de una lucha con su hermano Aristobulus 1. En el lecho de la muerte, Alejandro dió instrucciones a su mujer, Alejandra, en como retenerse el gobierno para ella y sus hijos. Escribe en Antiguedades, Libro 13, capítulo 15:5:399-404:

“Pero cuando su reina vió que estaba al punto de morirse y ya no tenía esperanzas de sobrevivir, le vino llorando y lamentando y llena de pena por ella misma y sus hijos sobre la condición desolada en que se quedarían; y le dijo, “¿A quién me dejas y a mis hijos, quienes no tengan otro apoyo y eso cuando ya sabes cuanta mala voluntad tiene la nación contra tí?” Pero él le dió estos consejos: Que siguiera lo que le dirigiese ahora, para retenerse el reino con seguridad, con sus hijos, que escondiese su muerte de los soldados hasta que se tomara ese plazo; después que se fuera con triúnfo, como victoriosa, a Jerusalén, y poner parte de su autoridad en las manos de los Fariseos; porque le encomendarían por el honor que le hubiera hecho, y se la reconciliarían con la nación, por que le dijo que ellos tenían gran autoridad sobre los Judíos, ambos para hacerles daño a los que odiaban, y dar ventajas a los que estaban bien dispuestos; por eso se les creen el muchedumbre cuando digan cualquier cosa contra otro, aunque se diga por envidia.”

Aquí se encuentra otro ejemplo del temor que tenía la aristocrácia hacia los Fariseos. Alejandra se tomó el poder y siguió los consejos de su marido, como se relata en Antiguedades, Libro 13, capítulo 16:1-2:405-409:

“Entonces, Alejandra, cuando se tomó la fortaleza, actuó como le había aconsejado su marido, y habló con los Fariseos, y se les colocó todo el poder, ambos en cuanto al cadáver y los asuntos del reinado, y así les apaciguó la rabia que tenían contra Alejandro y les convenció tener buena voluntad y amistad hacia él; quienes luego aperecieron delante el muchedumbre y les hicieron discursos y les presentaron los actos de Alejandro y les contaron que habían perdido un rey honrado; y por la encomendación que le dieran, les llevaron a dar pena y a lamentarle, hasta que tuviera un funeral más elegante de las que había tenido nigunos de los reyes anteriores. Alejandro dejó dos hijos, Hircanus é Aristobulus, pero cometió el reinado a Alejandra. Ahora, acerca de estos dos hijos, Hircanus de verdad no era capáz de manejar los asuntos civiles y aprevechó más bien de una vida tranquila; pero el menor, Aristobulus, era hombre activo é atrevido; acerca de esta mujer, Alejandra, le quería el muchedumbre porque se puso fachada de haber disgustado los actos de su marido. Entonces colocó a Hircanus en el puesto de Alto Sacerdote, porque era el mayor, pero más porque no se metió en la política y permitió a los Fariseos encargarse de todo; a quienes también mandó al pueblo ser obediente. También restauró esos costumbres que habían introdujido los Fariseos, de acuerdo con las tradiciones de sus antepasados, los cuales su suegro, Hircanus, había quitado. Así que, ella tenía el nombre de regente, pero los Fariseos tenían la autoridad; porque fueron ellos quienes restuararan los que habían sido exiliados y libraran a los presos, y en general no se diferenciaban en nada de gobernadores.”

La muerte de este Alejandro era casi el comienzo del fin para los Saduceos. Si Alejandro hubiera dejado un heredero fuerte, a lo mejor hubiera podido continuar la oposición a los Fariseos y la historia Judía hubiera tomado otro camino. Pero, como mujer, Alejandra caminaba una línea fina para retener el poder y le hubiera resultado difícil que los hombres se dejaran mandar por ella. Entonces, se tomó el camino más fácil, aunque Josefus la decriba como mujer sabia y fuerte. Sus dos hijos se convertieron en rivales, abriendo otro camino para los Fariseos consolidarse el poder.

En fin, no hay ninguna pista para indicar, directamente ni indirectamente, que hubiera costumbre de la descendencia maternal exclusiva, y habían muchas ocasiones en que hubiera sido lógico mencionarlo. ¿Era costumbre entre algunos grupos de los Fariseos? Quizás. Aún entre las tres sectas del Judaismo que Josefus describe, él deja claro que habían diferencias internas. Y se ve en el Talmúd que había (y hay) pocos asuntos en que estuvieran de acuerdo los Judíos. Lo que también queda claro es que los costumbres Farisáicos que se desarrollarían en el Talmúd no se derivaban del Torá, como pretenden sus representantes contemporáneos, los ortodóxos. Las semejanzas entre el retrato que Josefus pinta del dominio de los Fariseos a la situación corriente en el Judaismo y en particular en Israel, son casi espantosas. Muchos Judíos que no son Ortodóxos fuera de Israel tienen ceremonias Ortodóxas aunque no las quieran porque tienen miedo de que Israel no les reconozca ó a sus hijos. Los políticos Israelís no dejan que los Rabinos que no sean Ortodóxos participen en la vida religiosa porque tienen miedo de la venganza de los Ortodóxos. Las tradiciones Farisáicas/Ortodóxas están basadas en la intimidación, el miedo, la manipulación y la insinceridad.